ACB | DKV Joventut 78 - Real Madrid 68
La Penya anuncia ante el Madrid que quiere título
Aplastante dominio badalonés en rebotes y banquillo.
Lo dije e insisto: si alguien podía resucitar al Joventut, era Aíto. Y las cifras cantan: 14 victorias en sus 17 últimos partidos. La Penya acabó la primera vuelta en décima posición (balance negativo de 7/10), pero en la segunda (13/3) sólo le ha igualado el Tau. Los demás, incluido el Real Madrid (11/5) han sido peores. Dije también semanas atrás que el Joventut era el tapado para el playoff, y los hechos también lo confirman. Más aún: pienso que, hoy por hoy, el equipo badalonés tiene tan buena plantilla, o mejor, que el Real Madrid.
El partido de ayer no es una referencia totalmente válida en lo que concierne al Madrid (que no mostró su verdadero potencial), pero sí explícita de las posibilidades verdinegras: dos buenos jugadores en cada puesto. Más equilibrio que el Madrid (y que casi todos los grandes) y, sobre todo, un grupo de pívots muy, muy valioso. El Real comprobó ayer en sus carnes por qué el Joventut lidera el apartado de rebotes ofensivos. Fue así como tomó la iniciativa y como acabó ganando: en la pintura. Arnolds, Venson Hamilton, Sean Rooks y Jesse Young son un cuarteto solidísimo. Si alguien se atreve a decir lo mismo de los pívots de Maljkovic, que me lo explique.
El Joventut fue amo y señor del choque, con múltiples ventajas sobre los diez punos, pese a que el tanteo fue corto, y adecuadas respuestas a las aproximaciones madridistas.
Las armas de la Penya son las clásicas de Aíto. Una defensa muy física (sin usar las manos, pero mucho el cuerpo), transiciones rápidas y aprovechamiento máximo del juego interior en ataque. El Madrid estuvo más blandito en defensa (pero le señalaron más faltas) y tuvo una sangría mortal en rebote. En el descanso, los hombres de Aíto había cogido 11 rebotes bajo el aro rival, por 4 madridistas. Maljkovic puede mejorar el perímetro si vuelve Bennett y Bullock recupera ritmo, pero en el juego interior lo tiene crudo. El cruce de cuartos será terrible.