El Salamanca acaba con el Ros, su eterna pesadilla

La extraordinaria defensa del Perfumerías Avenida de Salamanca en el último cuarto del partido despertó al Ros Casares del sueño de lograr su cuarta Copa de la Reina consecutiva. Y ocurrió cuando las valencianas parecían tenerlo todo a favor para aparecer de nuevo en la final (48-31,m.25) y, por primera vez, ante su afición.

Pero al tremendo potencial del Ros Casares, el equipo salmantino opuso las dos únicas armas que le quedaban: garra y corazón. Fue la maltrecha Laura Camps, que jugó cojeando e infiltrada en el tobillo izquierdo, quien anotaba seis puntos casi consecutivos que evitaban la sentencia definitiva del partido (50-41, m.29). Ella misma anotaba la canasta que puso por primera vez delante a las salmantinas en el marcador (59-60, m.37). El Ros Casares ya no podría volver a adelantarse.

Defensa acertada.

Ni la eliminación de la pívot del Salamanca Hayden (56-48) debilitó la defensa zonal planteada por José Ignacio Hernández porque, además, las valencianas, dominadoras del rebote ofensivo (19 capturas) se empeñaban en sacar balones al perímetro para que Elisa Aguilar y Amaya Valdemoro lanzasen desde la línea de 6,25 metros (0 de 7 en el último cuarto). Estos errores ofensivos condenaron al equipo de Israel Sanchís porque el Salamanca se creció y recuperó la fe en la victoria ante un rival descentrado y que apenas defendió en los minutos finales.

De esta forma el conjunto de Salamanca se sacó de encima esa especie de complejo con que se medía al Ros Casares. Parecía que en los grandes acontecimientos no era capaz de dar su nivel de juego auténtico, pero se tomó la revancha por todas las derrotas de los últimos tiempos: la Supercopa de este año, que fue además en Salamanca, de la final de la Copa del último año... Sí, el Salamanca, líder de la Liga femenina, es un digno finalista de la Copa.