ACB | Unicaja
Carme Lluveras: "Me he sentido un bicho raro"
Su edad es un secreto. No la encontrarán en ninguna ficha técnica. Carme Lluveras es transgresora hasta para eso. Y es que la catalana se ha convertido en la primera mujer en formar parte del cuerpo técnico de un equipo masculino de elite. "Cuando empezaba, he de decir que me hicieron sentir como un bicho raro. Me hicieron ver que ser mujer era un hándicap. Ahora que se ha normalizado un poco, no me veo así", confiesa Carme, la cara más conocida de Málaga en los últimos días.
Lluveras es una pionera. Sin embargo, ella tampoco pretende darle más importancia a ese rol: "Parece que sí y es un orgullo, pero yo no soy abanderada de nadie. Todo esto lo hago porque disfruto, no para abrirle el camino a nadie". De lo que no puede escapar es del salto que ha dado el baloncesto después de este hito: "El deporte está demasiado masculinizado, obsoleto. Mi sueño antes, cuando era más inocente, era llegar a entrenar en la ACB y después en la NBA. Mucha gente aún no está preparada para comprender que puedo ser entrenadora en un equipo masculino".
Sergio Scariolo pensó que sería una buena idea aceptar a Lluveras en su cuerpo técnico.Fue ella misma quien se ofreció. Oficialmente, es asistente voluntaria del técnico cajista (que cumplió ese mismo papel en los Nets de Nueva Jersey uno de los dos años que el conjunto de Byron Scott fue finalista). "Ojalá todos me acepten como Sergio y toda la gente del Unicaja. Lo vio como algo normal, con total naturalidad", aseguró Lluveras.
Nadie sabe qué pasará después de los dos meses de contrato que tiene. De momento, ya ha roto barreras.
Berni le ha colgado el cartel de talismán en el vestuario
"Conmigo en el pabellón ganamos seguro al Tau", pronosticó Carme Lluveras un día antes del partido de su debut en la Euroliga. "Soy talismán", insistió. Cierto. El conjunto de Sergio Scariolo derrotó a los vitorianos y, gracias a ese triunfo, Unicaja sigue vivo. Berni Rodríguez fue el primero que le endosó el rol de talismán en el vestuario. Ella lo agradece. Los jugadores le hacen sentir como en casa en Málaga, aunque en el fondo es como si estuviera. No en vano, el marido de Carme Lluveras es malagueño. Mejor imposible: "No viviría en cualquier sitio, también vine a Málaga por eso. Me gusta el clima".