La bronca se salda con 143 partidos de castigo

La pelea de Detroit entre jugadores de los Pistons y los Indiana Pacers se saldó con 143 partidos de sanción repartidos entre nueve jugadores (ver cuadro). La tangana ha abierto el debate sobre la seguridad en la NBA. Ya el pabellón de Detroit fue el domingo por la noche una fortaleza donde la policía tomó posiciones alrededor de la pista armada con pistolas y con vehículos con personal antidisturbios a las puertas.

El futuro de la NBA pasa por la presencia constante, a partir de ahora, de policías uniformados en los banquillos al lado de guardias de seguridad. Unos 200 agentes rodearon la pista, el doble de lo normal, y en el banquillo de los Bobcats había cuatro miembros de la seguridad del Palace y un policía armado. En cada tiempo muerto, los gendarmes se levantaban y protegían la pista y a la salida hacia vestuarios en el intermedio y al final del partido los jugadores fueron escoltados por un cordón policial.

Muchos de los asistentes llevaron pancartas que rezaban Dejad a Ben libre o Que el Afro pueda volar en referencia al pelo que lleva Ben Wallace, el pívot local que para muchos se escapó con una sanción mínima cuando fue él quien comenzó todo el tumulto después de recibir una falta de Ron Artest. El jugador de Indiana fue el centro de los mensajes de los aficionados de Detroit con pancartas que decían Arresten a Artest y Tyson contra Artest. Y cuando un aficionado lanzó un grito contra el banquillo visitante, un vigilante se acercó y le dijo que guardara silencio. El hombre no volvió a hablar y para el tercer cuarto se había marchado.