"Me siento totalmente humillado como técnico"

Un día de furia portorriqueña devastó los últimos hilos de leyenda internacional de la selección de Estados Unidos. El desastre ante Puerto Rico es la primera derrota de un equipo de la NBA en los Juegos Olímpicos y la tercera de siempre de una selección estadounidense. Puerto Rico entiende bien el juego de Yanquilandia. Y el base Carlos Arroyo, desde el puente de mando, explicó bien cómo el titular en Utah es él y no Raúl López.

Se han rebuscado títulos de películas tormentosas de Michael Douglas, se ha acusado al barullo de ausentes, empezando por Shaquille O´Neal, Tracy McGrady y Kevin Garnett (Bryant anda por los juzgados de Colorado), y el seleccionador Larry Brown ha hecho acto de contrición. Me siento totalmente humillado como entrenador, y no sólo yo, también mi equipo de ayudantes. Habíamos trabajado para conseguir que asimilaran unas ideas, y hemos sido incapaces de hacerlo. Sinceramente, llegué a pensar que habíamos mejorado tras los 20 días que llevamos juntos, pero me doy cuenta de que no es así. Y no sé si ahora podremos arreglarlo, reflexionaba Brown.

Aquí, literalmente, a los americanos les han crecido los enanos. Aquellos liliputienses europeos del siglo XX son ahora los primos de Gulliver: Nowitzki, Gasol, Bodiroga, Stojakovic...

Iverson, uno de los grandes acusados, tiene otra opinión: Hay tiempo para arreglar esto, y no siempre vamos a tener un día de tiro tan desastroso. Nuestro único problema fue fallar tiros clarísimos desde posiciones abiertas. Eso nos desmoralizó. Tenemos tiempo para arreglarlo. Sus grandes problemas: no saber leer las defensas en zona, un cacao mental a la hora de defender a los tiradores, y absoluta confusión sobre los arranques de salida, los tapones, y las ayudas y recuperaciones sobre los jugadores exteriores. Querer arreglar eso en dos o tres semanas es un pasaporte directo a la humillación.