Puede lograrlo, desde luego, pero la preparación que ayer se cerró con derrota frente a Croacia ha dejado claro que nuestra selección no estará, salvo grata sorpresa, entre las más poderosas del campeonato.

España perdió ayer por sólo dos puntos y tuvo incluso un par de ataques ganadores, pero el resultado final es engañoso. Lo cierto es que Croacia dominó con holgura, se mostró superior en todas las facetas y alcanzó varias ventajas de 17 puntos en el tercer periodo. La batalla estaba perdida como duelo de bloques, pero las individualidades de Navarro y Gasol evitaron el naufragio total.

Ante la inoperancia absoluta de los dos bases titulares (Raúl López y Nacho Rodríguez), Imbroda dejó la batuta en manos de La Bomba Navarro, y éste ejerció de espléndido revulsivo. Con un parcial de 20-2, España pasó de la desolación (51-68, min. 29) a la esperanza (71-70, min. 37) y fue Navarro (8 puntos consecutivos) el gran protagonista.

España tuvo el éxito a su alcance, pero no supo rematar. En los tres últimos minutos volvió el atasco, la impotencia, y Croacia recuperó el mando a trancas y barrancas, imponiendo su rebote ofensivo y aprovechando los incesantes regalos españoles en pérdidas de balón. En aquellos tres minutos España sólo añadió dos opuntos (tiros libres de Gasol y Navarro), así que Croacia liquidó el asunto con más pena que gloria.

Quedan aún algunos días de ensayo antes del debut en el Eurobasket (día 31), pero los defectos a pulir son importantes. Ataque espesísimo en jugadas de cinco contra cinco, poco acierto desde la línea de tres puntos, poca solidez defensiva bajo tableros y casi nula capacidad resolutiva de nuestros pívots, salvo que Alfonso Reyes tenga rivales bajos enfrente o Pau Gasol actúe en posiciones interiores. En definitiva, nos tocará sufrir.