La paciencia de la ACB está a punto de agotarse. Su secretaria general, Esther Queraltó, ha tenido que dar marcha atrás a su decisión de fijar hoy, 20 de julio, como fecha tope para llegar a un acuerdo. Según sus palabras, "superar esta fecha podría colapsar la organización de la Liga".
La fecha se ha superado y algunos clubes, con fichajes "en el aire", están ya propugnando la ruptura, aunque contravenga la Ley del Deporte y los principios jurídicos del Consejo Superior. De estallar la guerra total, se iría a una competición profesional de ámbito totalmente privado -la propia Euroliga es el espejo donde muchos se apoyan-.
Tal y como dijo hace unos días un dirigente de un club puntero: "No estamos dispuestos a que se juegue con el dinero de nuestros accionistas y que el capricho de unos pocos nos lleve a una bancarrota económica o a competir en desigualdad con el resto de Europa".