La importancia de un futbolista se advierte cuando su ausencia provoca inquietud. Nadie lo hubiera sospechado con Camavinga al inicio de la temporada.
La Premier tiene dinero y prestigio, buenos equipos, enorme cobertura mediática y un aire de poderío que asusta a todos, menos al Madrid. Lo explica con la rutina de sus éxitos en Europa y su balance ante los ingleses.
Se ha adueñado de la narrativa del Madrid de una forma que no se veía desde Cristiano Ronaldo. No hay comparación en lo goleador, pero como influencia constante, sí supera al portugués.
Llegan los momentos decisivos de la temporada y el Madrid los acometerá con otra predisposición. Un creciente nerviosismo preside los últimos días antes de la final de Copa.
Nada aprieta al Real Madrid en una Liga que perdió hace tiempo, pero la defensa ensombrece la brillantez de la delantera.
El Madrid no recordó ni por un momento la sólida estructura de los últimos partidos. Tiene la cabeza en otras cosas.
Se aproximan los grandes momentos y su titularidad está más que asegurada. El Bernabéu le ovaciona.
Donde sus rivales sufren de ansiedad y dudas, disfruta el Real Madrid, que se siente dueño de la competición.
El Madrid jugó en Cádiz con el pensamiento en Londres, y jugó muy bien. Ancelotti introdujo variaciones en todas las zonas del equipo, pero sin excesos.
Un chorro de millones gastados en jugadores definidos por su sobreprecio, mientras el Madrid ficha con ojo clínico
Cuando al Madrid le apetece olvidarse de ataduras puede ocurrir cualquier cosa, como embarrancarse ante un rival lleno de clase
El Madrid ha hecho costumbre de lo más desacostumbrado: manejarse con una autoridad suprema cuando la necesidad aprieta. Donde a los demás se les afloja el ánimo, es su hábitat natural.
Entiende el carácter del club y sus peculiaridades, pero también sabe que el Madrid no espera a nadie y vive muy mal las derrotas. Es el más adecuado, aunque le esperan dos meses bajo la lupa
La Selección regresó a finales de los años 60, a la década de los 70 y a un buen trecho de los 80, una larga época de frustración, no tanto por los resultados como por la falta de coherencia de un equipo que no se sabía a qué jugaba.
Joselu se reivindica en su debut con tan solo diez minutos ante Noruega. España decepcionó durante una hora.
La tradicional flema de Ancelotti se resintió con el gol anulado a Asensio en el Clásico. Al VAR hay que aceptarlo como es y siempre. O detestarlo sin remedio.
El Madrid se procuró un nuevo chute de confianza en Europa, perfecto para afrontar la visita al Barcelona.
El Liverpool llegará al Santiago Bernabéu con tres goles de desventaja y sin aparentes posibilidades de remontada. En cambio, el partido del Camp Nou añade más dinamita a su carácter trascendental.
Ancelotti no logra encajar con solidez las dos almas del equipo, la que representan sus célebres veteranos y la marcada por sus jóvenes purasangres
El brasileño del Real Madrid no logra tirar esa pared y comienza a dar señales de frustración
Las derrotas en Old Trafford y Almería colocan al Barça en una posición dudosa, el típico tiempo de incertidumbres que caldean el ambiente en la hinchada
Las décadas pasan, los aspirantes crean sus místicas para el combate, pero salen derrotados en el empeño.
Vinicius levanta cada día un poco más su techo, que ahora mismo parece cenital.
El equipo de Ancelotti tiene ante sí un final de febrero que es trascendental tras deshacerse del Elche. Pamplona, Anfield, el derbi... una serie de partidos que requerirán mucha reflexión por parte del técnico italiano.
Los del Mundialito fueron partidos amables, raros a estas alturas de la temporada, donde el fútbol arde en las ligas.
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