El vasco por fin se ha visto entre los primeros de un major desde que firmó por el LIV. Y lo mejor es que lo ha hecho a las puertas de París.
Rafa jugará este domingo una final del circuito ATP más de dos años después de la última, en concreto 777 días, a una semana del arranque de los Juegos Olímpicos.
Es la segunda vez consecutiva que se pierde unos Juegos Olímpicos por lesión, con el añadido de esta vez iban a albergar su despedida como jugador.
Por primera vez en la historia, habrá más mujeres que hombres, 192 frente a 190, en el equipo español. Esas dos deportistas suponen un hito relevante.
Ni siquiera dentro del golf, una victoria en el LIV tiene un prestigio comparable a los clásicos del PGA o, por supuesto, a los majors, por muchos millones que reparta.
Alcaraz es prudente, pero la realidad confirma el cambio de tendencia. Lo que ocurre es que es dificil cerrar la etapa anterior, con Nadal y, sobre todo, Djokovic aún por ahí.
Salvo infortunios, Pogacar se coronará el próximo domingo en Niza. Es una pena que la lesión del danés no haya permitido ver un duelo más igualado.
Anoten los siguientes nombres: Laver, Borg, Nadal, Federer y Djokovic. Los cinco mejores jugadores de la historia. Pues bien, Alcaraz acaba de ingresar en ese club.
Da igual que Djokovic no haya ganado ningún título este año. Ni que vaya con un vendaje en su rodilla. Es Djokovic. Y punto.
El español tiene un don para el tenis que le ha llevado, a sus 21 años, a su cuarta final de Grand Slam. Las otras tres las ganó.
El Mundial se retomará a primeros de agosto en Silverstone con un cambio de líder en MotoGP, Francesco Bagnaia, que accedió a la cúspide de manera traumática para su rival, Jorge Martín.
El capitán de baloncesto sumará sus sextos Juegos Olímpicos, mientras que Teresa Portela alcanza su séptima presencia. Sería justo que no todo dependiera de un oro.
Carlos Alcaraz está en el mismo lugar que el año pasado a estas alturas de Wimbledon: las semifinales. Y también ante el mismo rival: el ruso Daniil Medvedev.
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