El portero del Real Madrid no vende humo y no hace paradas 'para la foto', como se suele decir. Se dedica a tranquilizar a su defensa y a hacer ganar puntos a su equipo. Como debe ser.
El Real Madrid se ha acostumbrado a dejar la responsabilidad de los goles a Benzema y no viene mal que esta misión tan decisiva sea compartida por otros.
El cariño que los aficionados saudíes están mostrando al Madrid es espectacular. Los Galácticos crearon un entusiasmo que no ha hecho más que crecer desde entonces.
En el fondo, sé que el Barça no es un contrincante que pueda molestar al equipo de Carlo Ancelotti. Así que miraré este Clásico como un simple ejercicio obligatorio.
Ahora mismo, Isco está para jugar 12 minutos en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey contra un club de tercera categoría.
Sé que Carlo Ancelotti no venderá la piel del oso en ninguna de sus declaraciones públicas, pero el oso en cuestión está a tiro de un solo equipo.
Nunca he sido un gran admirador del portugués y creo que ha sido más bien nefasto para el Real Madrid, pero entre las buenas cosas que hizo está el fichaje de Luka Modric.
Ya se sabe en París que Mbappé no dirá ni una sola palabra sobre su futuro hasta que acabe la eliminatoria. Lógico, su situación sería muy poco confortable.
A la evidente motivación que supone un derbi y un partido que puede dejar casi sentenciado el campeonato se va a añadir un tema muy personal hoy en el Santiago Bernabéu.
Esta forma de ver las cosas no entra dentro de la normalidad humana porque todo el mundo necesita sentir el reconocimiento.
El Madrid ha vencido, el Madrid ha sabido sufrir, el Madrid no ha encajado ningún gol pero, según los comentarios, fueron los vascos los que merecían ganar.
Quitarle legitimidad a este premio porque no gusta el ganador de este año me parece peligroso porque es quitarle legitimidad, por ejemplo, a Luka Modric, vencedor hace tres años.
Se está instalado una constancia en la excelencia que recuerda, en algunas fases, a los grandes momentos de las tres Champions consecutivas.
En el Madrid de hoy, el adjunto al míster (decir segundo me parece un menosprecio) se llama Davide Ancelotti. Nadie lo esconde: es el hijo de su padre.
Las palabras agradecimiento de Florentino Pérez, ayer en su discurso ante la asamblea general ordinaria, dirigidas a Zidane, Sergio Ramos y Varane demuestran que el Madrid tiene memoria.
Frederic Hermel resume la buena sintonía que muestran Benzema y Mbappé fuera y dentro del terreno de juego. Una asociación que puede verse en el Bernabéu.
El brasileño, que tantas alegrías está dando últimamente, fichó por el Real Madrid con 16 años y jugó con el Castilla sólo unos días después de alcanzar la mayoría de edad.
Menos mal que está la convocatoria de la selección nacional de Gales para recordarnos que Bale sigue siendo futbolista. Y que juega o, mejor dicho, que pertenece a la plantilla del Madrid.
Esta Liga va a ser barata, quiero decir que el vencedor final lo hará con muy pocos puntos con respecto a lo que conocimos hace años.
El encuentro de esta noche frente al sorprendente Osasuna parece una buena ocasión para ver a Eden Hazard sobre el césped del Bernabéu
Sí, todas las formas de jugar al fútbol son legítimas y una contra puede ser tan bonita y laudable como un gol marcado después de treinta pases...
Todos necesitamos, que haya un gran y vibrante partido esta tarde en el Clásico para que el mundo vuelva a admirar LaLiga.
Mendy es la pieza que faltaba para que funcione de verdad la defensa del Real Madrid. Por fin.
No les voy a mentir. No soy para nada un admirador de Didier Deschamps, ni como seleccionador, ni como entrenador. Ni siquiera lo era cuando jugaba.
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