A dos meses del Mundial de Qatar, los que vimos bailar goles a Roger Milla en Italia’90 tenemos el culo pelado de celebraciones.
El cierre del mercado de fichajes es el nuevo horizonte, el nuevo antídoto contra la melancolía.
Hasta que no lo contrastas con alguno de esos locos bajitos que ven el fútbol a tu lado, ni reparas en ello: “Papá, ¿qué le dan al Real Madrid por ganarle a la Juventus?”
¿De verdad alguien creyó que Cristiano venía al Barça? Si el fichaje más emotivo del momento ha sido la vuelta de Pedro León al Real Murcia...
¿Por qué no se recaba la opinión de los hinchas como hizo el Girona para retirar la corona?
Bendito agosto para los que esperamos la rutina del balón y creemos en fútbol for all seasons
Los recuerdos paralelos, todo lo que rodea a una final, pesan más que el juego.
Solo un gol te acerca tantísimo a otro gol. La búsqueda de esos instantes justifica una vida.
La suerte que tenemos los que aún vivimos en paz por disfrutar el fútbol, la que queremos transmitir a los que hoy sobreviven en Kiev y en toda Ucrania.
Teorías para antes de un Real Madrid-Barcelona hay muchas, todas válidas a fuerza de ventajismo... antes de jugarse el encuentro.
Cada vez nos lo ponen más difícil, Qatar 2022 no va a ser un sueño de 8 y medio: la política amenaza siempre al fútbol por la vía de los hechos.
De repente, vi jugar de azulgrana a Adama Traoré pegado a la cal. Ahí pensé: hay esperanza...
Bienaventuradas categorías inferiores, torneos municipales, ligas escolares, que no se interrumpen por las selecciones.
Las marcas lo tienen complicado para dejar huella con los templos de solera.
He buscado pistas para reconocer al Ancelotti de hoy en el cromo Panini del Mundial’86.
Son los idus de diciembre, que en 2022 añadirán un campeonato del mundo al lío. Tiembla la tradición: ¿habrá partidos en Boxing Day el año que viene?
Esta esperanza absurda que siento me acompañará siempre y justifica el amor al fútbol.
El fútbol se parece más a sí mismo en una noche de martes en Butarque, durante un Leganés-Cartagena que en un partidazo europeo.
Unzué firmó hace más de un año por el equipo "modesto y comprometido" de los pacientes de ELA.
Muchos pericos tienen simpatía por el Madrid, real o impostada por un enemigo común. Tantos, ojo, como antimadridistas, un sentimiento creciente por los campos de España.
Eduardo Camavinga se desmarcó en Milán, y con su movimiento arrebatado, todo ímpetu, un tocar y salir liberador, marcó la diferencia en su equipo y en el partido.
En plena fecha FIFA, de bajón de selecciones, querido aficionado al fútbol moderno, tienes dos trabajos, enfadarte y desenfadarte.
El verano ya no es lo que era, y el fútbol tampoco. Sólo septiembre sigue trayendo su aroma a primer día de escuela y a libretas nuevas.
Página3