Los que estaban sobre el campo no se sentían actores principales.
No se puede sacar adelante este negocio con el estadio medio vacío, o gritando contra el palco.
El caso es que hay buen equipo, buenos repuestos y un extremo que es un demonio.
No es un habilidoso, pero sí es un jugador concreto que bien alimentado manda cuero a la red.
No se ha sentido como un éxito grande y eso no hay quien lo fuerce.
En ninguno de los dos países ha prendido la Nations League y no habrá en el partido un Modric.
Xavi le ha perdido la fe, es evidente. Es probable que sepa algo más de lo que el resto sabemos.
En los planes del Madrid estaba que jugara al menos una temporada más, y digo al menos.
Lástima que el partido fuera manchado por los ‘hooligans’ ingleses situados en un córner.
Una mano inocente fue penalti. Una acción de portero ejecutada a conciencia por un defensa no lo fue.
Rara vez titular, siempre listo para cubrir cualquiera de los puestos de la defensa con eficacia.
Mantuvo una tranquilidad que se transmitió a sus jugadores a la hora de lanzar los penaltis.
Un viaje largo y feliz en el que resuenan muchos nombres, entre ellos el del añorado Puerta.
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