Y sin embargo, de sus cuellos colgaba un metal noble que reconocía su gran Eurocopa.
Es centrocampista de muy buen pie para el pase y el tiro, excelente visión y control del partido.
El próximo diseño no puede correr estos riesgos. Habrá que retrasar el cierre de la participación para evitarlo.
Y es un número que pesa, que compromete, que exige, no recomendable para novatos.
Fue bonito, pero acabó mal. Una lástima, porque nuestra Liga F aún anémica, estaba necesitada de una buena inyección como hubiera sido esta Eurocopa.
Justo premio a la ciencia de Aitana Bonmatí y al buen trabajo de todas, las que acertaron, como Cata Coll, y las que no tanto.
Florentino aprovechó para blasonar de que “los niños de todo el mundo han podido ver gratis al Real Madrid”.
Los propios jugadores expresan sus dudas, no digamos ya el aficionado, más alejado del juego y aturdido por tantos y tan extravagantes cambios.
Bien por Francia, que nos regala todos los meses de julio esta prueba inventada por un periodista, Henri Desgrange.
No sé cómo va a salir de esta. Me pregunto si podrá inscribir a Joan García, con Ter Stegen negándose a salir.
Se acabó la espera, y esta noche juega ante Suiza, que me figuro que esperará intranquila.
La numeración fue un invento de Herbert Chapman en 1928 que a España llegó en 1947.
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