As.com

EL QUINTO CUARTO

Markelle Fultz y las estrellas que no brillaron como novatos

Markelle Fultz y las estrellas que no brillaron como novatos

Jesse D. Garrabrant

NBAE/Getty Images

La expectación que levanta un número 1 del draft siempre es máxima. De ahí se espera que salga una futura estrella de la NBA y si el jugador no muestra pronto detalles que confirmen que ese es su destino, surgen dudas. Sobre todo si algún otro novato encandila desde el primer día. Aparecen las comparaciones y los aficionados, que en la mayoría de los casos viven de lo que ven en el presente y no de proyectos de futuro, empiezan a plantearse que tal vez esa elección fue un error. Que el ‘bueno’ era el otro, no el jugador que escogió su equipo.

Es lo que ha sucedido este curso, especialmente en los playoffs, con Markelle Fultz. El base de los Sixers ha estado en la sombra la mayor parte de la fase regular por sus problemas en el hombro y su aportación en las eliminatorias por el título ha sido prácticamente inexistente. Mientras, el pick 3 del draft 2017, Jayson Tatum, ha rendido a un gran nivel durante toda la temporada regular y aún mejor en los playoffs. El propio equipo de Fultz fue víctima del talento del alero de los Celtics en unas semifinales de Conferencia que el base vio plenamente desde el banquillo. Y eso provocó que incluso una leyenda de la franquicia de Philadelphia como Julius Erving afirmase que la elección de los Sixers debió ser Tatum y no Fultz. Hay que recordar que Boston, que en principio poseía la primera elección, y el equipo entrenado por Brett Brown intercambiaron sus picks pocos días antes del pasado draft.

John Stockton, Steve Nash y Gary Payton se convirtieron en bases legendarios tras un primer año discreto en la NBA

El tiempo dirá dónde queda cada uno, pero hay varios casos de jugadores que no brillaron en su primer año en la NBA y que se acabaron convirtiendo en estrellas. Así que no conviene ser demasiado severo por el momento con alguien que llegó a la liga con la vitola de ser una de las grandes perlas de su generación. Sobre todo dadas sus circunstancias, que apenas le permitieron disputar 14 partidos de la temporada regular (7,1 puntos y 3,8 asistencias en 18,1 minutos por encuentro). Eso sí, Fultz tuvo tiempo de dejar su huella en la historia al convertirse en el jugador más joven en conseguir un triple doble (19 años y 317 días) antes de ser intrascendente en los playoffs (1,7 puntos y 1,7 asistencias en 7,7 minutos en los tres partidos que disputó en primera ronda ante Miami).

Será a partir de la próxima campaña cuando habrá que empezar a valorar al joven guard de los Sixers, aunque de momento puede ponerse como referencia a esos otros jugadores estelares que no tuvieron un impacto inmediato, algunos de ellos también bases. Y los hay realmente ilustres. Por ejemplo, John Stockton, Steve Nash y Gary Payton. Tres leyendas de la NBA. El primero, líder histórico en asistencias de la liga, empezó su carrera profesional como suplente de Rickey Green y apenas promedió 5,6 puntos y 5,1 asistencias siendo novato. De hecho, el que fuera base de los Utah Jazz no explotó hasta su cuarta temporada. Lo que hizo a partir de ahí le llevó hasta el Hall of Fame y a ser considerado uno de los mejores point guards de siempre. Mientras, la aportación de Nash al baloncesto la tenemos reciente y tampoco necesita mucha presentación. Lo que no se recuerda demasiado de la trayectoria del dos veces MVP de la NBA es que su inicio en la competición no fue precisamente deslumbrante: 3,3 puntos y 2,1 asistencias en sólo 10,5 minutos de media.

Gary Payton defiende a John Stockton en un partido de 1996.

Más presión y minutos que Stockton y Nash tuvo de primeras Gary Payton. Como Markelle Fultz, The Glove (El Guante) fue una elección muy alta del draft (pick 2 en 1990), a diferencia del dos veces campeón olímpico nacido en Spokane (pick 16 en 1984) y del exjugador canadiense (pick 15 en 1996). Y tampoco rindió en su estreno en la NBA a la altura de lo que luego sería su excelente carrera, a pesar de formar parte del quinteto ideal de rookies y de ser titular en los 82 partidos de la temporada regular con los Seattle Supersonics: 7,2 puntos, 6,4 asistencias y 2 robos en 27,4 minutos de promedio (en playoffs, 4,8 puntos, también 6,4 asistencias y 1,6 robos en 27 minutos exactos). Excelso defensor, Payton más tarde llegaría a formar parte del mejor quinteto en esta faceta en nueve ocasiones, las mismas que fue All Star, y en dos tuvo plaza en el primer equipo de la temporada, entre otras cosas.

En la NBA de nuestros días igualmente hay ejemplos de bases a los que les costó arrancar y que se han convertido en jugadores importantes, aunque no a un nivel tan superlativo como los mencionados anteriormente. Rajon Rondo (6,4 puntos y 3,8 asistencias en su año de novato), Jeff Teague (3,2 y 1,7), Dennis Schroder (3,7 y 1,9), Kyle Lowry (5,6 y 3,2), Goran Dragic (4,5 y 2), Reggie Jackson (3,1 y 1,6)… Cierto es que ninguno de ellos aterrizó en la liga despertando tanta expectación como Fultz debido a las posiciones en las que fueron elegidos en el draft (todos más allá del puesto 15), pero el caso es que los seis supieron rehacerse de un primer curso irregular y superar las dificultades para hacerse un nombre en la NBA. Tal vez le sirvan de inspiración al base de los Sixers tras un curso tan difícil para él.

Steve Nash anota en un partido ante los Lakers en los playoffs de 2007.

Porque además hay más casos de grandes jugadores que jugaban en posiciones distintas que asimismo tardaron algún tiempo en mostrar su verdadero nivel. Hablamos de estrellas como Kobe Bryant (7,6 puntos, 1,9 rebotes como rookie), Dirk Nowitzki (8,2 y 3,4), Jimmy Butler (2,6 y 1,3), Paul George (7,8 y 3,7 rebotes), DeMar DeRozan (8,6 y 2,9), Giannis Antetokounmpo (6,8 y 4,4)… No es nada extraño que haya novatos que pasen más desapercibidos que otros, al menos estadísticamente, y que acaben teniendo una gran carrera. Y a veces superior que la de esos jugadores que llamaron más la atención en sus inicios. De cualquier forma, está claro que la situación de Markelle Fultz le convierte en un caso especial y diferente por los problemas físicos que incluso afectaron alarmantemente a su mecánica de tiro. La suya no ha sido una campaña normal. Habrá que esperar unos meses para empezar a vislumbrar si el potencial que se le presupone por lo que demostró con los Huskies de Washington puede explotar.