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Vuelco en el tiempo: de las lluvias a los 40 grados

A partir de la segunda semana de julio se espera un aumento de las temperaturas considerable, pero sin acercarse a la ola de calor.

Adriana Rivera
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Alex GottschalkGetty Images

Con el cambio de mes también se produce un cambio de tiempo. Atrás queda el mes de junio, marcado por las altas temperaturas en casi toda la península, a excepción de Galicia y las islas Canarias, que lo ha colocado como el más caluroso de los últimos años tras la ola de calor.

Una vez que terminada la ola de calor, las temperaturas se volvieron a estabilizar en toda la península, acercándose a termómetros propios para la fecha. Y si junio ha ido complicado, julio se presente guerrero. Los primeros días del mes estarán marcados por la inestabilidad, que dejará fuertes lluvias, e incluso granizo, en algunas zonas, pero pasada la borrasca, a partir de la segunda semana del mes el tiempo se estabilizará y pasaremos de las lluvias a temperaturas más altas de lo normal.

De esta manera, prevalecerá un ambiente soleado y temperaturas altas, salvo en la variante cantábrica, donde se podrán seguir produciendo chubascos y las temperaturas apenas sobrepasarán los 20 grados, algo característico de la zona norte del país. En cuanto al sur, se esperan temperaturas superiores a los 35 grados.

Vuelven las altas temperaturas

A finales de esta semana se prevén lluvias tormentosas en gran parte de la mitad norte peninsular, según afirma José Antonio Maldonado, director de meteorología en Meteored.

Tal y como explica Maldonado, a partir del jueves volverá el sol y se podrá sacar la ropa de verano sin miedo a tener que guardarla a los pocos días, especialmente en el norte. Volverá el ambiente soleado a toda la península y las temperaturas subirán de manera generalizada.

A partir de este momento será el momento definitivo para realizar el cambio total de armario. Las temperaturas se instalarán en todo el país y en algunas zonas se prolongará hasta finales de mes, incluso con temperaturas similares a las de junio por encima de las normales, especialmente en la vertiente atlántica y cantábrica, por lo que se espera un julio soleado y seco.