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Unos tiburones equipados con cámaras ayudan a dar con un hallazgo inédito

Una investigación liderada por la ONG estadounidense Beneath the Waves halla la pradera de pastos marinos más grande del mundo: tiene la superficie de Andalucía.

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Unos tiburones equipados con cámaras ayudan a dar con un hallazgo inédito
Beneath the Waves

La investigación de la ONG estadounidense Beneath the Waves, que puso sensores de geolocalización y una cámara de 360 grados a una serie de tiburones tigre previamente escogidos, ha hallado la mayor pradera de pastos marinos del mundo. Se encuentra en las islas Bahamas, a una profundidad de entre 10 y 15 metros y tiene una superficie de 92.000 kilómetros cuadrados, una extensión similar a la de Andalucía. El descubrimiento abre la posibilidad de utilizar otros animales marinos para seguir explorando los océanos.

Las praderas de pastos marinos son un gran aliado para combatir el cambio climático al capturar el carbono, el principal gas de efecto invernadero. También son imprescindibles para los hábitats de especies marinas y actúan como defensores de las costas frente a la erosión, tormentas y tsunamis. Según El País, el mayor enemigo de las praderas son las anclas de los yates que fondean encima de ellas, tal y como ocurre en España con la posidonia en verano.

“Este trabajo proporciona evidencia de las principales brechas de conocimiento en el ecosistema oceánico, los beneficios de asociarse con animales marinos para abordar estas brechas y subraya el apoyo para la protección rápida de los sumideros de carbono oceánicos”, señala el estudio, publicado en la revista Nature Communications.

¿Por qué utilizaron tiburones?

Los investigadores escogieron a los tiburones por diversas razones. En primer lugar, el tiburón tigre ayuda a mantener las praderas al cazar especies herbívoras que, si fuesen demasiadas, podrían disminuir la extensión de las plantas oceánicas. Por otro lado, al buscar tortugas verdes (su comida favorita), los tiburones dedican el 72% de su tiempo a patrullar por el lecho marino y nadan en torno a 70 kilómetros diarios.

Y es que sin los tiburones la investigación hubiese resultado imposible. Lo dice Carlos M. Duarte, catedrático de Ciencias Marinas en la Universidad Rey Abdullah de Ciencia y Tecnología (Arabia Saudí): “Con las inmersiones de los buzos solo cubrimos un 5% del área, así que habría sido imposible sin los datos que nos aportaron los tiburones”.

Pero capturarlos e instalarles una cámara no es algo fácil. “Son animales peligrosos, que causan muertes, y más si se encuentran en peligro o estresados”, señala Duarte. Los investigadores descubrieron que los tiburones tigre atravesaban estas praderas, por lo que decidieron colocar 15 dispositivos, de los que 8 eran de posición, temperatura y otros parámetros; y los otros 7 fueron cámaras.

El hecho “no nos deja muy bien parados y es una señal inequívoca del pobre conocimiento que existe del océano”, señala Austin Gallagher, científico principal y CEO de BTW. Según Duarte, es hora de reflexionar sobre las razones de que esta pradera, con esa extensión, “se nos haya escapado en el siglo XXI, estando tan solo a entre 10 y 15 metros de profundidad”.