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Un vecino sigue con el árbol de Navidad y las luces tres meses después

El que es, probablemente, el ciudadano con más espíritu navideño del mundo ha suscitado todo tipo de reacciones y chistes en Twitter

Un vecino sigue con el árbol de Navidad y las luces tres meses después
@goncid_ / Twitter

Lo que muchos sienten en este país por las Navidades es verdadera devoción. Los polvorones que llenan la boca e impiden decir palabras orondas como “Pamplona”, el niño en el pesebre y los turrones de sabores raros. Son innumerables los motivos para contar los días que faltan hasta las próximas fiestas. Pero, en su fervor por el villancico, algunos se pasan indudablemente de frenada.

Un usuario de Twitter, ya mosqueado por la estampa que lleva tres meses viendo desde su ventana, ha compartido una fotografía que demuestra que su vecino, por convicción o por pereza, sigue con toda la parafernalia navideña -árbol incluido- desplegada en su salón. Un detalle que ha llamado especialmente la atención de los internautas es que las luces están encendidas y centelleando como en un frío día de diciembre. Esto, creen algunos, es prueba de que hay alevosía navideña. Que se trata de un caso de convicción profunda.

Empieza la “prenavidad”

La cuestión es que los hay que han visto en la voluntad de independencia de este ciudadano anónimo una inspiración. La historia de un hombre contra el mundo. La fábula emocionante del que, enfrentándose a todo y a todos, ha decidido negar el paso del tiempo y detener el calendario en la su época favorita del año. Porque son muchos los que querrían seguir ese solitario camino, pero pocos los que tienen la determinación suficiente para tomarlo.

La publicación acumula cientos de “me gusta” y miles de impresiones. Los usuarios más comprensivos han salido raudos en defensa del embajador oficioso del Polo Norte. “Navidad está a la vuelta de la esquina”, señala uno. Y es que tampoco hay que descartar que se trate de un clásico caso de persona previsora. Los hay que llegan al aeropuerto con nueve horas de antelación y los hay que despliegan el árbol en abril para ir ganando tiempo. Porque, si algo enseñó Jesús, es que no hay que juzgar si no te gusta ser juzgado.

Cuando el sol de la primavera empieza a provocar sudores y las flores coloridas comienzan a germinar, un militante de las nevadas y los trineos resiste ahora y siempre el embate de los calores y sueña, desde la comodidad del hogar, con la inminente llegada de las galletas de jengibre, de los jerséis de punto horteras y de las interminables cenas familiares en las que está prohibido hablar de política y religión. Una estampa dickensiana. Quién sabe si esta pasión tiene origen remoto en la visita de tres fantasmas. Lo importante es no dejarse arrastrar por las mayorías que no entienden que, al día siguiente de la Navidad, empieza la prenavidad.