Un oligarca ruso admite haber interferido en las elecciones de EEUU
Yevgeny Prigozhin promete seguir entrometiéndose en procesos democráticos y bromea sobre su método: “Con cuidado, precisión, cirugía”.
El oligarca ruso y fundador del grupo mercenario Wagner, Yevgeny Prigozhin, ha admitido este lunes que interfirió en alguna de las elecciones de Estados Unidos, si bien no ha especificado en cuál, y ha asegurado que lo seguirá haciendo. “Caballeros, interferimos, estamos interfiriendo e interferiremos [...] Con cuidado, precisión, cirugía y la forma en que lo hacemos, la forma en que podemos”, ha señalado el oligarca en un comunicado de su empresa Concord.
Prigozhin, conocido como ‘el chef de Putin’, es dueño de Concord, una empresa de cáterin que organiza este tipo de eventos para el Kremlin. Pero también es el fundador del grupo Wagner, un equipo de paramilitares que se creó en 2014 para combatir en el Donbás ucraniano y ahora diversifica sus actividades hacia el espionaje, propaganda y la desinformación. Si bien se relaciona al grupo Wagner con el gobierno ruso, el Kremlin ha negado siempre tener alguna conexión con ellos.
Prigozhin afirma haber metido mano en alguno de los procesos democráticos de EE.UU. un día antes de las elecciones legislativas estadounidenses que se celebran este martes. Ya en 2016 Washington lo acusó de haber difundido noticias falsas durante la campaña presidencial de aquel año y de haber financiado a Agencia de Investigación de Internet, una empresa que Estados Unidos acusó de haber creado perfiles falsos en internet para afectar al sistema político y las elecciones de 2016.
La lista de Prigozhin y sus influencias son amplias y difusas. Ha operado en conflictos de países como Siria, Libia, República Centroafricana o Malí, antes de haber intervenido en Ucrania. A los paramilitares del Wagner se le acusa de hacer el trabajo sucio para el Kremlin, como violaciones y asesinatos de civiles.
Prigozhin dio sus primeros pasos en el mundo empresarial —y en sus relaciones con el Kremlin— organizando las cenas de cáterin para el gobierno de Rusia, de ahí el apodo de ‘el chef de Putin’. Ocultó haber fundado el grupo paramilitar para proteger a sus soldados, pero tras admitirlo, ha inaugurado este lunes la primera sede del Wagner con carácter abierto en San Petersburgo.