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Un estudio revela la importancia del ejercicio físico para reducir el riesgo de padecer cáncer

La investigación, publicada en ‘Clinical & Translational Oncology’, asocia la realización de actividad física con la reducción del riesgo de sufrir cánceres como el de mama, colon y endometrio.

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La práctica de ejercicio físico es una de las acciones más recomendadas por los médicos y especialistas, dados los numerosos beneficios que aporta a nuestro cuerpo. Ayuda a depurar toxinas, a mantener un peso saludable, y también es positivo para nuestro bienestar mental.

Además, trae consigo el fortalecimiento de los músculos y de los huesos, sumado a otros beneficios como el aumento del nivel de energía, la mejora de la calidad de la piel y de la calidad del sueño. Por otro lado, su práctica mejora la sensibilidad a la insulina, lo que supone un beneficio para los pacientes diabéticos o en prediabetes. También fortalece la capacidad cardiovascular, contribuyendo a reducir la presión sanguínea y los niveles de grasas en el cuerpo.

En este sentido, un estudio publicado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) en la revista científica ‘Clinical & Translational Oncology’, cuyo título es ‘Exercise and cancer: a position statement from the Spanish Society of Medical Oncology’, relacionó la habitual práctica de ejercicio físico con una menor probabilidad de sufrir algunos tipos de cáncer, entre ellos, el cáncer de colon, de mama y de endometrio.

“Existen pruebas convincentes de que la actividad física regular reduce el riesgo de cáncer colorrectal, mientras que la reducción del riesgo de BC posmenopáusico y de cáncer de endometrio se considera probable. El efecto de la actividad física sobre el riesgo de otros tumores es menos evidente, pero aún posible”, sostuvieron los autores de la investigación.

Durante el propio estudio, los científicos revelaron que la reducción global del riesgo de padecer cáncer colorrectal es “del 20% en el grupo de pacientes más activos físicamente en comparación con el grupo menos activo”, al igual que en el caso del cáncer de endometrio. Por su parte, en el caso del cáncer de mama, la mayoría de los estudios reflejaron una “reducción del riesgo del 13% en los grupos de pacientes con mayor nivel de actividad física”.

Sin embargo, la mencionada investigación publicada no detalló la cantidad de ejercicio físico que sería suficiente para reducir de forma significativa el riesgo de padecer cáncer. Aun así, informa que un grupo de 40.000 hombres que forman parte del Estudio de seguimiento de los profesionales de la salud (HPFS) demostró que la actividad física aeróbica “parece ser más beneficiosa”.

La importancia de continuar investigando sobre este asunto

Otra de las claves en las que hicieron hincapié los autores del estudio fue en la utilización de dispositivos que permiten monitorizar la actividad física. Según estos, se trata de herramientas que “pueden ayudar a aumentar la precisión de las medidas de actividad física y reducir el sesgo de información”. Desde Estados Unidos las autoridades sanitarias lanzaron como recomendación la práctica de ejercicio de intensidad moderada con una duración de 150 minutos a la semana, o 75 minutos de actividad intensa.

Por otra parte, los científicos también resaltaron la importancia de continuar investigando al respecto “para aclarar muchas cuestiones sin respuesta”, pese a los múltiples estudios realizados sobre los beneficios del ejercicio físico en pacientes con cáncer o recuperados de la enfermedad. “Existe una necesidad urgente de aclarar el mecanismo biológico que hace del ejercicio un método de intervención eficaz para reducir la incidencia del cáncer y la mortalidad”, sentenciaron.