Un español vive en primera persona las protestas en Nepal: “Era una situación de guerra”
Rodrigo estaba la semana pasada en el epicentro del levantamiento contra el Gobierno nepalí, que ha acabado con 72 víctimas y un golpe de estado. Cuenta a AS su aventura.

Nepal vivió hace unos días una revuelta que pasará la historia. Miles de jóvenes se levantaron contra un gobierno que consideran corrupto. Acabaron con 72 víctimas, calles y edificios oficiales ardiendo, casas de políticos asaltadas y en llamas y la votación, a través de una app, de la nueva ministra. Estará en funciones hasta que se convoquen unas elecciones en las que los jóvenes no quieren candidatos pertenecientes a la clase política.

En medio del caos de Katmandú, capital y ciudad más importante de Nepal, se encontraba Rodrigo, un joven español que decidió ir a conocer el Everest justo cuando estallaron las protestas y que atiende a AS para contar una experiencia que nunca olvidará. “Era una situación de guerra total, no había bombas pero estaban muy organizados y había hogueras cada 50 o 100 metros en medio de la carretera”, apunta sobre la situación que vivió al volver para refugiarse en su hotel, ubicado en el céntrico barrio de Thamel. “Tuvimos suerte que los manifestantes nos paraban, pero al ser turistas nos dejaban pasar”, comenta.
“Nos avisaron que no saliéramos del hotel, por lo que nos subimos a la azotea y vimos que la ciudad estaba ardiendo por todos lados. Había columnas de humo, mirases donde mirases”. Una de las cosas que más le sorprendió fue ver a unos 100 metros como un grupo de manifestantes lanzaba piedras a una comisaria con calabozos y acabó ardiendo: “Se escaparon unos 35 presos y se llevaron las pistolas de los policías, ese fue un momento tenso. Fue uno de los motivos por los que no paraban de aconsejarnos no salir del hotel bajo ningún concepto”.
Ante la situación preocupante, este español, que viajó junto a su hermano con una agencia turística, buscó la manera de salir del país, pero el ejército había tomado el control y había cerrado el espacio aéreo para evitar la fuga de presos y políticos. “Solo había militares por las calles”.

El propósito de los manifestantes era claro
Lo que tenían claro los manifestantes y ciudadanos locales es que querían acabar con los políticos, fuese como fuese: “Nos decían que lo tenían clarísimo, que iban a por los políticos porque estaban hartos de que les robaran. Decían que entraban a casas de políticos y se encontraban con dinero y joyas. Lo quemaban todo”. Eso sí, según cuenta, algo que le ha sorprendido mucho es que “ellos mismos han limpiado luego todas las calles de todas las protestas”.
Una de las cosas que denuncia es la poca ayuda de la Embajada de España, que en ningún momento contestó a sus correos electrónicos, salvo con respuestas automáticas, incluso cuando ya aterrizaron de vuelta a España: “Solo nos decían que no saliésemos del hotel y que era una situación inestable”.
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Nepal comienza ahora una nueva etapa tras un levantamiento juvenil que deja 72 víctimas, funerales, luto nacional y un cambio de Gobierno en busca de acabar con la corrupción. Este español no recordará esta aventura como la mejor de su vida, aunque promete volver para poder visitar, por fin, el Everest, el pico más alto del mundo. Mientras la Generación Z nepalí enseñó al mundo como derrocar, con una intensa oleada de protestas, a un régimen comunista que consideran corrupto.
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