Una estadounidense se va de Texas a España y señala las cinco cosas que no echa de menos
Una profesora de inglés que se mudó a España señala las ventajas del servicio público de salud y de la poca dependencia del coche.


Se dice, a veces con demasiada razón, que la envidia es el deporte nacional de nuestra tierra, que algunos se toman el mal de los demás como bien propio, aunque no les beneficie en absoluto, que se desea al vecino una vida llena de obstáculos en lugar de una feliz existencia. También se dice, con acierto, que envidiamos lo que ocurre fuera del país, y que todo lo que ocurra al norte de los Pirineos y lejos de nuestros mares y océanos es un éxito, no sin antes rebuscar el fracaso propio. Pero, ¿tiene entonces España algo que otros países puedan anhelar?
¿Cómo se verá España desde fuera? ¿Es la opinión de Donald Trump, cambiante como un péndulo, la que marca la opinión pública extranjera sobre nuestro país? ¿Es la de la clase política española, izquierda y derecha, unas excepcionales estudiantes que saben todo lo que se puede mejorar, pero que nunca se presentan al examen práctico?
Quizás una de las formas de responder a esto sea escuchar los testimonios de personas extranjeras. Cepee Tabibian es una estadounidense que se mudó de Texas a Málaga para dar clases de inglés con 35 años. Ahora vive en Madrid, y en todo este tiempo, ha podido observar qué le gusta de nuestro país.
En primer lugar, señala la gran cantidad de días de vacaciones que tiene en España respecto a los que disfrutaba cuando vivía en EEUU. “Aquí, los empleados a tiempo completo tienen derecho legal a 22 días laborables de vacaciones pagadas, además de 14 festivos nacionales [...] En Estados Unidos, solía guardar mis 10 preciados días de vacaciones como oro en polvo”, señala a la cadena CNBC.
La mujer también indica que, en EEUU, necesitaba el coche para ir a cualquier sitio. “La vida giraba en torno al tráfico, el aparcamiento y el precio de la gasolina”. Ahora, vive en lugares “increíblemente accesibles a pie”, pues todo lo que necesita “está a 20 minutos a pie, incluyendo mercados, cafeterías y el espacio de coworking”.
Por supuesto, Cepee destaca el sistema público de salud español, pues ir al médico en EEUU “era como girar una ruleta; nunca sabías qué factura sorpresa recibirías”. “En España, es todo lo contrario. La atención médica es asequible, accesible y sencilla”.
Además, la estadounidense destaca la sensación de seguridad que tiene en España, especialmente porque aquí las armas están prohibidas. “En Estados Unidos, siempre estaba alerta. Ya fuera caminando por un estacionamiento al anochecer o asistiendo a un evento multitudinario, había una ansiedad constante y leve en torno al acoso y la violencia con armas de fuego”.
Cepee también subraya una diferencia cultural muy evidente entre los turistas: las propinas. “Cada vez que visito Estados Unidos, me sorprende lo descontrolado que se ha vuelto el tema de las propinas. Incluso al comprar una galleta en una panadería o pagar en la caja de autoservicio, la pantalla cambia constantemente con opciones que a veces empiezan desde el 20%. En España, donde el personal de servicio gana salarios más justos, redondear o dejar unas monedas en los restaurantes es una pequeña muestra de agradecimiento, no una expectativa”.
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