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Samuel Biener: “El actual cambio climático va más rápido de lo que creíamos”

Este graduado en Geografía y Ordenación del Territorio habla con el Diario AS sobre las previsiones para este verano, la evolución de las temperaturas con el paso de los años y el cambio climático.

Samuel Biener: “El actual cambio climático va más rápido de lo que creíamos”
Imagen cedida por Samuel Biener

Olas de calor, temperaturas extremas y una mayor intensidad del sol. Todas estas características son propias del verano, estación que empezó el pasado 21 de junio y finalizará el próximo 23 de septiembre. Es innegable que el tiempo desempeña un papel importante a la hora de disfrutar de las vacaciones, por lo que resulta conveniente conocer, entre otras cosas, cómo será el verano en este 2023, el porvenir de esta estación a corto plazo y el impacto del cambio climático.

Sobre todo ello habla con el Diario AS Samuel Biener, graduado en Geografía y Ordenación del Territorio, investigador y divulgador en el Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante y redactor de Meteored. Además, cuenta con un máster en Planificación y Gestión de Riesgos Naturales.

- Cada año, los pronósticos estacionales hablan de un verano ‘más cálido’ de lo habitual, ¿ocurrirá también en este 2023?

Las previsiones que manejamos en Meteored indican que muy probablemente este verano de nuevo será más cálido de lo normal: es decir, se esperan temperaturas por encima de la media climática en gran parte de España, algo que se ha vuelto ya habitual en este último siglo. Eso sí, en principio no será tan tórrido como el de 2022, que fue extraordinario. Si ya en verano hace mucho calor en España, este nuevo escenario dibuja un panorama preocupante, con una pérdida de confort climático a la que nos tendremos que adaptar, ya que esto se traduce en implicaciones importantes en la salud o en los sectores económicos.

- Diversos expertos aseguraron que el pasado verano probablemente fuera el más fresco de lo que nos queda de vida. ¿Es verdad?

El verano pasado fue extraordinario, encadenando diversas olas de calor muy potentes a lo largo de varios meses, y se pulverizaron unos cuantos récords en España. De momento, parece que el actual período estival no será tan extremo como el de 2022. Creo que se produjo una mala interpretación del mensaje, y lo que se quiso decir realmente es que, si se cumplen las proyecciones climáticas, veranos como el pasado serían más recurrentes en nuestro país en las próximas décadas. Hasta hace poco pensábamos que tardaríamos mucho en volver algo parecido a la mediática ola de calor de 2003, pero con lo que estamos viendo en los últimos años, y sobre todo destacando la situación del pasado año, parece que todos estos fenómenos y episodios extremos se están volviendo más recurrentes: el actual cambio climático va más rápido de lo que creíamos.

- Si los veranos serán de por sí más cálidos, ¿cómo podrían ser las olas de calor de finales de siglo?

Ya está más que constatado, gracias a los datos de las estaciones meteorológicas, que los veranos son más cálidos y largos en España que hace unas décadas. Las temperaturas estivales suelen adelantarse cada vez más en primavera, mientras que persisten más hasta bien entrado el otoño: las estaciones de transición son cada vez más cortas. Hasta ahora, no tenemos registros de 50 ºC en los observatorios principales de AEMET (sí existen en estaciones secundarias del sureste durante la histórica ola de calor de julio de 1978, aunque habría que ver en qué condiciones estaban). Quizás no tardemos muchos años en ver olas de calor con 50 ºC, aunque son palabras mayores y serían necesarias unas circunstancias muy concretas. Probablemente hablaremos de olas de calor más intensas y extensas, y además no producirse sólo en verano, algo que ya ha sucedido en los últimos años, por lo que urge revisar el concepto de ola de calor en España. Tampoco hay que perder de vista que el número de noches tropicales se ha disparado en muchas zonas de nuestro país, algo que suele pasar desapercibido. En el pasado se han producido picos puntuales de calor muy importantes, pero hay que quedarse con la tendencia, y aprender a diferenciar entre tiempo y clima.

“Quizás no tardemos muchos años en ver olas de calor con 50 ºC”

Samuel Biener

- Desde finales del siglo XIX, la temperatura ha aumentado de media en Europa 2,3 grados. ¿A qué se debe?

Todos sabemos que la Tierra ha ido sufriendo una sucesión de cambios climáticos naturales, alterándose períodos de calentamiento con otros más fríos. Es un ciclo natural. Ahora bien, con los gases de efecto invernadero (GEI) que el ser humano está emitiendo desde las Revoluciones Industriales, el proceso actual de cambio climático no se puede explicar simplemente por ser parte de este ciclo natural del planeta. Ya está más que constado que estos cambios están siendo extremadamente rápidos, algo que no pasaría en una atmósfera sin alterar, y el responsable es el ser humano. Puede parecer poca cosa un ascenso de 1,5 o 2,3 ºC, pero a escala climática (y no digamos en Geología) son cambios muy rápidos a los que los ecosistemas no se pueden adaptar, por lo que acaban colapsando en muchos casos. Y nosotros tendremos que adaptarnos a este medio más hostil y también mitigar los efectos más extremos del cambio climático. El planeta seguirá cuando nuestra especie ya no esté, ahora bien, habrá que ver si queremos que eso suceda más tarde o temprano. Por eso se insiste en el objetivo del límite de 1,5 ºC, porque los impactos no serían tan catastróficos, pero a día de hoy parece complicado que vayamos a cumplir dicho objetivo.

- ¿Qué podría suponer la llegada de ‘El Niño’ a España?

Los impactos de El Niño son muy notorios en gran parte del planeta, y especialmente en América, sureste de Asia y Oceanía. No obstante, su señal llega bastante debilitada a España, pero algunos estudios señalan que con el Niño es más probable tener otoños e inviernos templados y húmedos, con circulación de borrascas por el Atlántico. Si pasara esto último, sin duda sería una buena noticia para algunas regiones que siguen padeciendo una gran sequía. Sí que es más evidente la relación entre la fase de El Niño y períodos cálidos, y además el calentamiento global está “dopando” este fenómeno más natural, por lo que probablemente en los próximos meses o años hablaremos de temperaturas de récord en el planeta.

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Imagen cedida por Samuel Biener

- ¿El cambio climático es el responsable? ¿Qué veranos nos esperan entonces si no frenamos el cambio climático?

El proceso actual de cambio climático explica el aumento de fenómenos extremos que se están observando en el planeta en los últimos años, y la región mediterránea es uno de los puntos calientes del planeta. Es un error reducir el cambio climático a una mera subida de las temperaturas, ya que implica una serie de impactos más: sequías más intensas, lluvias torrenciales, grandes olas de calor y de frío (que también las hay, aunque mucho menos frecuentes). Y todo esto en un mundo cada vez más poblado, algo que hay que tener en cuenta. Si se mantienen las predicciones que muestran las proyecciones, veranos como el de 2022 serán más frecuentes y recurrentes. El cambio climático es un proceso silencioso y constante, cuyos efectos también tienen una gran repercusión en la economía o en la salud. No hay que caer en catastrofismos, pero tampoco se puede obviar la realidad. Es un proceso que ya no se va a detener, y lo que tenemos que hacer es adaptarnos a esta nueva realidad para mitigar sus consecuencias.