¿Por qué no deberías beber agua después de comer picante y qué debemos tomar?
La capsaicina, al contener moléculas no polares, entra en conflicto con el agua, lo que convierte a los lácteos en la mejor opción.
El picante, como todos hemos experimentado, revoluciona las papilas gustativas. Esto tiene respuesta, y es que la capsaicina es el compuesto responsable de esa intensa sensación de ardor. Este no se lleva bien con el agua, así que, si alguna vez has buscado refugio en un vaso de agua después de enfrentarte a una guindilla, debes saber que, contrario a la intuición, el agua es el peor aliado en la batalla contra el picor.
Para saber por qué el agua y la capsaicina no son compatibles, tenemos que encontrar la respuesta en la química. La capsaicina es un compuesto presente en las guindillas, y este desencadena una experiencia desagradable (o agradable, según qué casos) en el paladar. Cuando la capsaicina entra en contacto con nuestra lengua, activa un receptor de dolor conocido como TRPV1, el mismo que reacciona ante temperaturas elevadas o alimentos ácidos. Este receptor se une a las moléculas de capsaicina, enviando una señal al cerebro que interpreta el consumo como una experiencia dolorosa.
¿Qué pasa cuando bebemos agua?
El agua, a pesar de ser un recurso comúnmente asociado con apagar el fuego de nuestra boca, no es la solución ideal, llegando a ser contraproducente.
Las moléculas de la capsaicina son no polares y solo se disuelven eficientemente con otras moléculas no polares. Dado que el agua consiste en moléculas polares, en lugar de mitigar la sensación de picante en nuestra boca, ayuda a dispersar estas moléculas por toda la boca, consiguiendo el efecto contrario.
Lácteos como la leche, el queso y el yogur, con sus moléculas no polares, son los verdaderos aliados contra el picante. Estos productos no solo proporcionan un alivio más efectivo, sino que actúan disolviendo las moléculas de capsaicina de manera más eficiente que el agua.
La cerveza y los refrescos tampoco ayudan a deshacernos del picante, ya que, en el caso de la bebida alcohólica, el etanol potencia la reacción picante.
La capsaicina también puede ser nuestra aliada
Cuando nos enfrentamos a un dolor neuropático, muchas veces los tratamientos convencionales no son capaces de calmarnos. Sin embargo, la capsaicina, ha demostrado ser una opción para aliviarnos, pues inicialmente irrita, y tras ello, alivia al interferir con la sensación de dolor.