Pelea multitudinaria en un vuelo Oslo-Alicante
El avión tuvo que hacer un aterrizaje prioritario debido a que 15 pasajeros se habían enzarzado en una disputa en la cola del vehículo.
Este es un episodio que pudiera parecer una escena de Aterriza como puedas. Pero no lo es. Leslie Nielsen no estuvo en cuerpo, aunque sí en espíritu, en el surrealista y esperpéntico suceso. El día marchaba con razonable normalidad para los controladores del aeropuerto de Alicante cuando, de pronto, recibieron una comunicación de un avión de Norwegian Air. El piloto pedía aterrizaje prioritario y presencia policial en la pista.
El motivo es que una quincena de pasajeros se habían enzarzado en una pelea en la cola del vehículo. Huelga decir que montar una batalla campal en las filas del fondo de un Boeing 737 no es algo demasiado recomendable si se quiere llegar de una pieza al destino. Una cosa son las turbulencias causadas por las inclemencias del tiempo. Por los rayos y los vientos. Estas pertenecen al reino indómito de la naturaleza y hay que lidiar con ellas con resignación. Pero cuando son los propios viajeros los que hacen que la nave se zarandee en aire la cosa se tiene que atajar de raíz.
No obstante, cabe puntualizar que no se han producido heridos ni las agresiones han sido de carácter grave. Más bien ha sido un calentón generalizado. Una discusión de altos vuelos sobre quién sabe qué cuestión trascendental. Al pisar tierra, las autoridades procedieron a identificar a los implicados. Podría no salir gratis la exhibición de boxeo aéreo, pues se propondrán sanciones económicas.
Operar bajo presión
En el momento de la llegada, el vuelo ya llevaba un considerable retraso. Presumiblemente, a causa del referido altercado. Las ruedas se posaron en pista alrededor de las 19.30 horas. Al final sí que han aterrizado como han podido. El suceso fue narrado por la conocida cuenta de Twitter Controladores Aéreos, dedicada a aportar información concerniente al sector y las diferentes rutas que atraviesan territorio español.
Según señalan algunas fuentes, el consumo de alcohol podría tener algo que ver con el inicio de la trifulca, aunque tampoco se han revelado demasiados detalles. No obstante, dentro del desasosiego que deben haber sentido los implicados -directos y colaterales- el desenlace ha sido razonablemente feliz y no hay que lamentar grandes daños. Una angustiosa escena que, seguro, muchos no olvidarán. En especial el piloto que, con gran pericia, fue capaz de operar bajo presión durante el descenso.