Noche trágica en Valencia: la riada de 2024
La DANA que ha sacudido la provincia valenciana se suma a otras jornadas como la Gran Riada de 1957, la Pantanada de Tous de 1982 o la Gota Fría de 1996.
Valencia tardará en olvidar la DANA de octubre de 2024, cuyas consecuencias son devastadoras. En verdad la tarde y madrugada del 29 y 30 de octubre ya siempre estará presente, como la Gran Riada de 1957, la Pantanada de Tous de 1982 o la Gota Fría de 1996. La noche se ha hecho eterna, tensa y trágica en múltiples municipios de la provincia de Valencia, en especial los de las comarcas de la Plana de Utiel-Requena y L’Horta Sud, que han quedado anegadas y sus calles convertidas en ríos tras lluvias de más de 400 litros por metro cuadrado. La Generalitat Valenciana confirma “múltiples” víctimas y activa un teléfono de desaparecidos (900.36.51.12).
Las secuelas materiales van a ser innumerables e incuantificables, con puentes derrumbados, carreteras con socavones, vehículos acumulados como cacharra y polígonos industriales inundados. En Utiel, primer foco de las lluvias torrenciales, el agua alcanzó los 3 metros en algunos de sus barrios. La A-3 y la A-7 están cortadas, las pistas del aeropuerto de Manises eran balsas y toda la red ferroviaria se ha suspendido. Las imágenes de localidades como Catarroja, Massanassa, Alfafar... son dantescas, con el agua arrasando todo a su paso. Pero lo que realmente importa, preocupa y ocupa a los cuerpos de seguridad es el rescate de los afectados y la localización de los desaparecidos.
En Utiel quedaron tres barrios aislados, en el Polígono de Riba-Roja miles de personas quedaron bloqueadas, miles de personas han pasado la noche en carreteras colapsadas, otras en estaciones de tren y en los diferentes espacios públicos abiertos en espacios seguros en las localidades afectadas. En Valencia capital, donde la construcción del llamado nuevo Cauce del Río que rodea la ciudad ha evitado su inundación, aunque nunca se había visto tal caudal en ella, se abrieron centros como La Petxina o el Polideportivo de Benimaclet para que quienes no pudieran acceder a sus domicilios pudieran pasar la noche.
El río Magro se desbordó en la tarde del martes y el cauce del río Turia está al límite de su capacidad. La localidad de Pinedo, donde se ubica su desembocadura, ha sido desalojada. La alerta que se activó y llegó a los teléfonos de todos los habitantes de la provincia de Valencia a las 20:15 horas de la tarde del martes no evitó el colapso. Desde las cinco de la tarde el torrente de agua que llegaba desde el interior de la provincia (Utiel, Requena, Chiva, Buñol, Chiva...) inundó cuantos municipios se encontraban en su camino hacia el Mediterráneo o L’Albufera. Ese torrente de ‘aguas arriba’ fue lo que hizo estragos, porque los valencianos de la capital y alrededores hacían vida normal porque apenas había llovido durante toda la tarde. A las 7:00 horas del miércoles, los valencianos volvieron a recibir otra alerta. “Queremos evitar cualquier desplazamiento en carretera, por seguridad y porque cuantos más viales de acceso tengamos, mejor”, explicó el Presidente de la Generalitat Valenciana Carlos Mazón desde el centro de operaciones de L’Eliana.
La noche fue angustiosa para las miles de personas bloqueadas por las inundaciones y para sus familiares que les esperaban en casa sin apenas poder saber de ellos. El centro de coordinación del Ministerio del Interior informa que el número de víctimas supera las 50 y todavía hay varios puntos de la geografía valenciana a la que los cuerpos de seguridad todavía no han podido acceder.
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