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SOCIEDAD

National Geographic explica los ataques de orcas a los barcos en Cádiz

Los expertos aluden a un posible incidente previo con la orca madura Gladis como principal hipótesis. No obstante, no descartan que se trate de un juego.

National Geographic explica los ataques de orcas a los barcos en Cádiz
Pixabay

En la tranquilidad del mar, con las aguas calmadas, hay un animal que parece haberse alborotado sin una razón aparente. Son varios los incidentes, más de cincuenta en lo que va de año, con orcas atacando a diferentes embarcaciones entre Cádiz y el Estrecho de Gibraltar. Fue en mayo de 2020 cuando se tuvo constancia del primer ataque, y desde entonces estos inteligentes animales no han cejado en sus ofensivas.

De hecho, en el pasado mes de mayo tuvo lugar el incidente más grave en lo que llevamos de año, cuando tres orcas consiguieron hundir un velero en el puerto de Barbate mientras estaba siendo remolcado. El modus operandi parece ser el mismo: un pequeño grupo de ballenas ataca a los timones de pequeños veleros para, después, separarse y alejarse de la embarcación nadando.

Pero, ¿cuál es el motivo de estos repetidos ataques? La clave, según explica National Geographic, está en una orca hembra llamada White Gladis. Este veterano ejemplar lideraba un grupo de edad mixta al frente de los ataques, que iba acompañado por otro de entre tres y cuatro orcas en edad juvenil. En total, unas nueve orcas en dos grupos diferentes. Los expertos, como explicaron recientemente en la revista Marine Mammal Science, se percataron de que Gladis era la única hembra madura implicada. Por ello, pensaron que podría haber sufrido un accidente con un barco.

De este modo, argumentan, podría haber adoptado un comportamiento más agresivo, que habría sido copiado por ejemplares más jóvenes. “Cuando empezó a ocurrir, pensé que tal vez una hembra o su cría habían sido heridas por la hélice o el timón de un barco, porque siempre parecen ir a por el timón. Y todo en veleros”, explica Dan Olsen, biólogo de campo de la Sociedad Oceánica del Golfo Norte.

Posible ‘juego’

La otra hipótesis para los expertos es que se trate de un mero juego para estos animales. Uno de los motivos que les ha llevado a considerar esta opción es que se centran solo en los barcos, sin mostrar interés en las personas que van a bordo: no fueron atacados mientras se subían a los botes salvavidas cuando los veleros comenzaban a hundirse.

“Creo que es igual de razonable sugerir que lo hacen porque pueden, porque es divertido”, afirma Hanne Strager, cofundadora del Centro de Ballenas de Andenes. Strager, además, refuerza esta teoría tras hablar con uno biólogo que estaba a bordo del barco hundido en noviembre, quien le confesó no haber sentido ninguna agresión por parte del animal. “Es realmente un testimonio importante. Porque creo que cuando interactúas regularmente con animales, y estás acostumbrado a leerlos, puedes sentir una intención agresiva, y ellos no la sintieron”.

Interacciones de orcas en 2023
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Interacciones de orcas en 2023Orcaiberica.org

En caso de tratarse de un juego, la experta considera que estos ataques podrían terminar cuando se aburran. No es la primera vez que observan a orcas con un comportamiento llamativo, de “modas”. Así fue cuando vieron a un grupo de orcas jugando con un trozo de alga durante una hora, al que arrastraban con sus aletas y lo dejaban caer. O con medusas en la costa de Noruega, con las que trataban de nadar el mayor tiempo posible y sin hacerles daño.

En cualquier caso, Olsen se cuestiona si en algún momento se conseguirá descifrar completamente la motivación de las orcas. “El cerebro de las ballenas lleva 50 millones de años evolucionando por separado. Es difícil meter a una ballena en una resonancia magnética. Ya nos cuesta bastante explicar el comportamiento en humanos y en primates estrechamente emparentados con nosotros”, explica.

Población ‘amenazada’

Pero lo que diferencia a este grupo de orcas es que son las únicas que han mostrado interés en atacar barcos. En total, apenas son 39 ejemplares. La posible razón de este comportamiento es que, aseguran, se sienten amenazadas por la pesca del atún, la contaminación, el ruido y las colisiones con los propios barcos. “Se encuentran entre los mamíferos marinos más contaminados del mundo, por lo que su éxito reproductor no es bueno. Es un entorno muy estresante para ellos”.