¿Me pueden multar por conducir en chanclas o ir sin camiseta? El aviso de la DGT para el verano
El Reglamento General de Circulación no prohíbe de forma explícita conducir en chanclas, pero algunos de sus artículos podrían suponer motivo de sanción si las llevas puestas
Ahora que llega el verano y los desplazamientos en coche se multiplican, tendemos a seguir algunas costumbres que no solemos llevar a cabo durante el resto del año. Ir en chanclas a todas partes, llevar una gorra para reducir los efectos del sol o llevar ropa ligera son algunas de las características diarias del verano.
Ahora bien, a la hora de conducir, ¿es posible conducir en chanclas, llevar una gorra mientras se está al volante o conducir sin camiseta en tu propio coche? La respuesta no es tan sencilla, ya que la ley no prohíbe ninguna de estas prácticas, aunque en algunas ocasiones pueden ocasionar una multa.
¿Se puede conducir en chanclas?
Como hemos apuntado anteriormente, ninguna ley prohíbe como tal conducir en chanclas, pero llevarlas al volante puede ser motivo de sanción según los siguientes artículos del Reglamento General de Circulación:
Ya que conducir con chanclas limitaría la capacidad de movimiento de un conductor, puede provocar una multa, que puede ser de hasta 200 euros aunque no implica una pérdida de puntos en la mayoría de los casos.
¿Se puede conducir sin camiseta?
En este caso, la respuesta es similar a la de la conducción con chanclas: no hay ninguna ley que no lo permita, pero la Dirección General de Tráfico (DGT) cree que conducir sin camiseta puede poner en peligro al conductor, según el artículo 3.1 del Reglamento General de Circulación: “No usar camiseta podría producir heridas en caso de activarse el cinturón de seguridad”. Esta sanción puede ascender hasta los 100 euros, sin retirada de puntos.
¿Y si llevo gorra o pamela?
En este caso la respuesta es más sencilla, se podrá llevar cualquier prenda en la cabeza cuando se esté conduciendo, siempre que se mantengan las orejas destapadas y a la vista. El artículo 18.1 refleja que si un conductor tiene las orejas tapadas, sus capacidades auditivas se podrán ver mermadas y no podrá prestar atención a todo lo que sucede en la carretera.