Los motivos por los que no hay un puente entre España y Marruecos si solo les separan 14 kilómetros
Las dificultades técnicas que tiene afrontar una obra así ha obligado a buscar otras alternativas para unir Europa y África
Desde hace más de 40 años, se barrunta la idea entre el gobierno español y el marroquí de hacer un puente que una los 14 kilómetros que separan ambos países, siguiendo el ejemplo del túnel del canal de la Mancha que une Francia e Inglaterra, que tiene más de 50 kilómetros. Comunicar por vía terrestre ambos continentes sería una oportunidad de negocio histórica para España, ya que lo convertiría en la puerta de salida de Europa con dirección a África. Las únicas otras vías que pueden conectar Europa y África por carretera son a través del estrecho del Bósforo, en Estambul, y después atravesar toda Turquía, pasar por Siria, Líbano e Israel para llegar a Egipto. Y una vez cruzado el canal de Suez, entrar en África Continental.
A priori, parece una operación ampliamente beneficiosa, no solo para nuestro país, sino para todo el comercio entre Europa y África. Sin embargo, la idea de hacer un puente que una esos 14 kilómetros del estrecho de Gibraltar ha sido descartada en incontables ocasiones debido a la escasa viabilidad del proyecto.
Un proyecto imposible
La idea de construir un puente siempre ha estado encima de la mesa, pero tantas veces como se ha propuesto, se ha rechazado, por una razón fundamental: es un proyecto demasiado arriesgado.
En el estrecho de Gibraltar se juntan tres circunstancias que hacen imposible construir un puente. La primera de ellas es la elevada profundidad que hay en el estrecho, en ese corto espacio de 14 kilómetros las profundidades varían entre los 300 y los 900 metros de profundidad, una distancia entre la superficie y el lecho marino que complican considerablemente la construcción de cimientos. En el canal de la Mancha la profundidad máxima es de 180 metros y durante los 50 kilómetros tiene una profundidad media de 54 metros, unas cifras mucho más asequibles a la hora de emprender una obra de este estilo.
La segunda razón por la cual es imposible construir el puente son las fuertes corrientes marinas que afectan al estrecho. En este punto se juntan dos mares: el océano Atlántico y el mar Mediterráneo. Las frías aguas atlánticas confluyen con las cálidas del mediterráneo y provocan corrientes submarinas que supondrían otro riesgo para la construcción. Si estas dos no eran ya suficientes para desechar el proyecto, se suma la actividad sísmica que de la zona. El mediterráneo es el punto de choque entre la placa africana y la eurasiática, que convierte la zona en un lugar con riesgo de terremotos.
Un túnel para 2030
Está más que demostrado que la construcción de un puente es un proyecto imposible. Sin embargo, se ha planteado sortear el obstáculo marítimo mediante un túnel similar al Eurotunel. Ya ha habido acercamientos entre el ejecutivo español y el marroquí para iniciar esta faraónica obra que quieren que esté lista para 2030, cuando ambos países acojan el mundial de fútbol junto a Portugal. El túnel tendrá una extensión de 28 kilómetros y no discurrirá por el camino más corto entre ambos continentes. Está previsto que tome otra ruta para sortear las diferencias de profundidad en el Estrecho, y unirá Punta Paloma en Cádiz con la ciudad marroquí de Malabata. Aun así, ambos países se enfrentan a un proyecto complicado y tendrán que construir un túnel a más de 500 metros de profundidad, con toda la dificultad que ello supone.
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