Las doce palabras más importantes del año 2023

La mayor parte del tiempo lo cómodo es creer que cada palabra tiene su significado. Que cada pequeño pedazo de realidad va de la mano de una serie de letras que lo definen. Sin embargo, si esto fuera así, rara vez existirían los conflictos. Si analizamos cualquier disputa veremos que la mayor parte del tiempo su origen reside, precisamente, en el significado de las palabras. A no ser que las palabras habitaran este mundo desde antes que nosotros, parece bastante claro que alguien, o algo, las dota de significado, presumiblemente nosotros. Ni usted, ni yo recordamos haberle dotado de significado a una palabra, pero somos nosotros, todos, (es decir, ninguno) los que le infundimos vida al lenguaje. Así, las palabras, según Nietzsche, funcionan más bien como metáforas; no designan la cosa, ni la realidad, sino que se limitan a “designar las relaciones de las cosas con respecto a los hombres”. Y por ello mutan, evolucionan, nunca son las mismas. ¿O acaso mujer es lo mismo hoy que hace 50 años? Ni siquiera parecen estar de acuerdo muchas mujeres con la nueva directora del Instituto de la Mujer respecto a este término. ¿Es lo mismo la libertad para Ayuso que para Otegui? Todos sabemos qué es Rusia e Israel, pero cuando los imaginamos, ¿usamos las mismas fronteras que sus presidentes?

Doce finalistas

La FundéuRAE elabora cada año una lista de palabras que, dada su presencia tanto en medios de comunicación como en el debate social, han cobrado una gran relevancia en el lenguaje. Además, las palabras seleccionadas suelen tener algún tipo de interés desde el punto de vista lingüístico, ya sea porque provienen de un anglicismo, por su significado, porque su escritura genera dudas. A partir de estos criterios, la Fundéu escoge 12 vocablos finalistas de los que se acaba seleccionando un ganador. Los anteriores ganadores de tan preciado galardón son: escrache en 2013, selfi en 2014, refugiado en 2015, populismo en 2016, aporofobia en 2017, microplástico en 2018, los emojis en 2019, confinamiento en 2020, vacuna en 2021 e inteligencia artificial en 2022.

Desastres naturales

La selección de vocablos, como el año 2023, no invita al optimismo. Dos de los términos seleccionados hacen referencia a algunos de los desastres naturales que han ocurrido a lo largo del año, como la palabra seísmo, en referencia a los terremotos de Siria, Turquía y Marruecos, que entre los tres acumularon casi 55.000 muertos y miles de desaparecidos. Los incendios forestales también ha sido causa de preocupación en muchos países, ya que estos, como alertan muchas organizaciones de lucha contra el cambio climático, se están volviendo cada vez más grandes y destructores, es por ello que otra palabra finalista es macroincendio.

Guerra y extranjerismos

Guerra y humanitario también aparecen en la lista y su presencia no hace falta explicarla, en Gaza ya se han dado más de 21.300 razones. La amnistía también se ha colado entre las finalistas, según el Diccionario de la lengua española la amnistía es “el perdón de cierto tipo de delitos, que extingue la responsabilidad de sus autores”, pero no le pregunten la definición a diferentes políticos de este país, porque si lo hace no solo empezará a dudar de que estén hablando de la misma palabra, sino si acaso comparten el mismo lenguaje. Fediverso no es el nuevo restaurante de Dabiz Muñoz, sino una alternativa al extranjerismo fediverse, que hace referencia a las redes sociales que se han federado para poder ser utilizadas como una sola. Otras alternativas a extranjerismos entre las finalistas son ecosilencio, en inglés greenhushing, que se utiliza para referirse al ocultamiento de información medioambiental que hacen algunas empresas para evitar que se las critique y ultrafalso, que no es el adjetivo para definir a tu amigo que te dice que no va a intentar nada con tu ex, sino la palabra que se “debe” emplear en español en lugar de deepfake: cuando se manipula un vídeo, imagen o audio con tecnologías de inteligencia artificial para engañar al usuario.

Polarización

Otras finalistas son FANI, término que ya conocíamos en España tras La Isla de las Tentaciones, pero que ahora emplea la NASA para referirse a Fenómenos Anómalos No Identificados y que sustituirá a OVNI, puesto que este último daba por sentado que algo no identificado debe ser un objeto, cuando no siempre es así. El fentanilo, el opioide sintético hasta 50 veces más fuerte que la heroína, era uno de los favoritos, aunque finalmente el premio se lo ha llevado polarización, ya que según la Fundéu ha excedido su uso científico original para pasar al campo político y ahora ser empleado en el mundo deportivo, ideológico, digital y “en general, en cualquier escenario en el que sea habitual el desacuerdo”. Y si no está de acuerdo con el premio, pues les estará dando la razón.