La prueba que incriminó a Rosario Porto en el ‘Caso Asunta’
Se trata de una grabación de seguridad, de la gasolinera de Galuresa, en la que se observa a Asunta en el asiento del copiloto junto a Porto de camino a Montouto.
Con el reciente estreno de la nueva ficción de Netflix, el ‘Caso Asunta’ ha vuelto al foco de la atención pública como uno de los crímenes que más conmoción ha causado. Los padres adoptivos Rosario Porto y Alfonso Basterra fueron condenados a 18 años de prisión por el asesinato de la pequeña Asunta, con tan solo 12 años.
El cuerpo sin vida de la niña fue encontrado por dos viandantes a tan solo 5 kilómetros de la casa de campo de la madre. Por ello, el 24 de septiembre de 2013, Rosario fue detenida e investigada por presunto delito de homicidio; y un día después se procedió a lo mismo con Alfonso. Pero, ¿cuál fue la prueba definitiva por la que la policía decidió arrestar a ambos?
Una grabación fulminante
Aunque son muchas las pruebas que levantaron las sospechas de los investigadores y que ponían a la expareja como principales coautores del homicidio, una de ellas fue determinante a la hora de incriminar a Rosario Porto. Se trata de un comprometedor video de las cámaras de seguridad de la estación de servicio de Galuresa.
En dicha grabación se observa pasar en movimiento el coche de Porto camino de Montouto horas antes de la desaparición de la menor, tal y como ella declaró ante las autoridades. Sin embargo, al parar las imágenes, el juez instructor pudo divisar a Asunta en el asiento del copiloto, dejando más que evidente que la niña acompañaba a su madre en ese viaje exprés, algo que contradice la primera versión de la acusada la cual se vio obligada a cambiar después.
“Lo tenemos hasta cronometrado”, aseguraba el juez instructor del caso, quien no dudó en ordenar el arresto inmediato de Rosario Porto. De esta manera, la abogada fue detenida en pleno velatorio de su hija, minutos después del acto de incineración del cadáver.
Otras pruebas incriminatorias
Aunque la grabación fue determinante para proceder al arresto de Rosario Porto, no fue la única prueba que los investigadores encontraron en contra de los padres. Lo que primeramente despertó las sospechas fue el hallazgo de las famosas cuerdas de plástico naranja en la papelera de la finca de Montouto. Estas eran idénticas a las encontradas al lado del cadáver, las cuales fueron utilizadas para maniatar a la niña.
Otra de las pruebas fulminantes surge del informe de toxicología, el cual revela que Asunta estaba “gravemente intoxicada” cuando falleció. Según los datos, la niña sufrió una sobredosis equivalente a la ingesta de 27 pastillas de Lorazepam. Este fármaco era recetado con frecuencia para Porto y, según revelan los informes comerciales, Alfonso Basterra habría adquirido varias cajas del medicamento en una farmacia de barrio a lo largo del verano.
Las fechas de las compras coinciden con unas declaraciones de la profesora de música de Asunta, quien dijo que en ocasiones la niña acudía a sus clases mareada. Al ser preguntada por su estado, Asunta le contó que le estaban dando en casa “unos polvos blancos” para una supuesta alergia que realmente no tenía.
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