La casa más aislada del mundo
En un pequeño territorio insular de Islandia se encuentra la casa más remota. Solo una vivienda en medio kilómetro cuadrado de extensión de la isla.
Islandia, un pequeño país insular que se encuentra a medio camino entre Noruega y Groenlandia, cuenta con casi 400.000 habitantes. Esta isla se caracteriza por sus espectaculares paisajes, con volcanes, termas y campos de lava. Aunque gran parte de su población vive en su capital (Reikiavik), debido a su gran actividad volcánica y geológica, hay quien prefiere estar alejado de la sociedad.
El ejemplo más claro es de la conocida como la casa más aislada del mundo. Se encuentra en Elliðaey, la tercera isla más grande de las Islas Westman, al sur de Islandia. En sus 0,45 kilómetros cuadrados de extensión solo encontramos una casa, que fue construida en el año 1954. Situada a pocos kilómetros de la costa sur de Islandia, la casa fue construida por una asociación de cazadores.
Aunque actualmente no está habitada, siempre ha sido un refugio tanto para los biólogos que se encontraban en la isla por diferentes estudios como para los pescadores. Ha sido, por tanto, un hogar de emergencia contra las inclemencias del tiempo en este país de temperaturas extremas. Incluso, también para especies animales como el frailecillo, un ave marina de la zona.
Sin luz ni agua, pero con una sauna
La casa no cuenta con agua corriente ni con electricidad (y no digamos ya conexión a internet). Pero su diseño, con paredes de madera y muebles rústicos, consiguen crear una atmósfera acogedora. Fue creada con el objetivo de aprovechar al máximo los largos días de verano en Islandia y para conservar el calor durante los meses de invierno. Además, sus ventanas permiten disfrutar de paisajes naturales y unas vistas únicas.
Lo que sí tiene es una sauna, que se vale del agua de lluvia recogida y que funciona según la tradición nórdica. Y llegar hasta allí no es fácil, pues no dispone de un servicio de transporte regular. Una vez llegados por mar, el siguiente paso es trepar por el acantilado para poder llegar a la casa. De este modo, se intuye, fue como llegaron a la lista los materiales para la construcción de la casa.
Los primeros poblados de pescadores se asentaron hace ya 300 años, aunque la isla está deshabitada desde 1930. La casa se hizo famosa cuando el primer ministro islandés se la quiso regalar a la cantante Björk. Sin embargo, ya tenía propietarios: la misma empresa que la fabricó y que organiza expediciones a la isla, la Asociación de Caza de Elliðaey.
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