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SOCIEDAD

La burbuja del kebab en Alemania

En los últimos años, el kebab ha aumentado su precio medio en un 75%, por lo que varios partidos políticos apuestan por medidas para limitar su precio máximo.

La Eurocámara avala el uso de fosfatos como aditivos en la carne de kebab

(Foto de ARCHIVO)
13/12/2017
Europa Press

En los últimos años, el kebab ha alcanzado una gran popularidad a nivel internacional debido a su rico sabor y su bajo coste, hasta el punto de convertirse en el plato favorito de numerosos amantes de la comida callejera. Sin embargo, este plato de origen turco se ha convertido en un asunto de Estado en Alemania debido a que ha visto duplicado su precio en apenas dos años.

A este fenómeno se le conoce como ‘Kebabflación’ o ‘Dönerflation’ y ha despertado la preocupación de la clase política. Gran parte del Bundestag, así como otros partidos propios de izquierda, han llevado al Parlamento propuestas para limitar su precio máximo. Aunque, por ahora, ninguna de estas sugerencias ha sido aprobada.

Al igual que sucede con algunas medidas existentes que controlan los precios del alquiler, el partido Die Linke ha sugerido limitar el döner kebab a 4,90 euros por unidad, incluso con una tarifa reducida de 2,90 euros para aquellos jóvenes procedentes de entornos desfavorecidos. Con ello proponen que el Gobierno genere un subsidio para mantener asequible su compra.

¿A qué se debe la subida?

Según datos publicados por El Economista, en los últimos años ha aumentado el precio de este plato callejero en un 75%, llegando a costar más de siete euros e incluso alcanzando los diez euros en algunos casos. Esta subida no ha sido repentina, sino que ha formado parte de un proceso de inflación que arrastra el país germano desde hace años.

En 2019, el precio de un kebab rondaba los cuatro euros de media. Sin embargo, el constante aumento de los salarios y de los costes energéticos, agravados por las tensiones geopolíticas y por la guerra de Ucrania, han contribuido al incremento del precio de este plato turco.

“Es bastante sorprendente que dondequiera que vaya me pregunten, especialmente los jóvenes, si no se debería poner un freno al precio del kebab”, afirma el canciller alemán, Olaf Scholz, quien asegura recibir constantes quejas con relación a este asunto.

De momento es “inaplicable”

Las ventas de kebab en Alemania suponen 7.000 millones de euros al año. Por lo que, según las estimaciones de Die Linke, en un escenario de 1.300 millones de döners consumidos cada año, un programa de subvenciones que permita bajar su precio costaría 4.000 millones de euros anuales.

Mientras este tema ya ha alcanzado la agenda de las altas esferas políticas, los propios vendedores de kebabs se lamentan por su incapacidad de influencia en los precios. Con el aumento de los costes de alquiler, energía y alimentos, se les hace cuesta arriba reducir el precio del producto para hacerlo asequible a todos los públicos.

Por el momento, el canciller Scholz ha descartado el control de precios sobre este plato típico de comida callejera. Lo considera “inaplicable” ya que en Alemania se vive una economía de libre mercado. Sin embargo, cada vez son más las personas que alzan la voz para quejarse tanto en la calle como en las redes sociales, hasta el punto que este tema ya se ha convertido en un asunto de Estado que cuenta con el respaldo de diversos partidos políticos.

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