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Hereda una multa de 12.000 euros por una fuga de agua y la compañía se lava las manos

El hombre consiguió reducir la multa hasta casi la mitad, pero la empresa se negó a perdonar el resto de la cuantía.

grifo agua abierto
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Historia de las que hacen enfadarse. Corría octubre de 2023 cuando Michael Dumoulin visitaba a su madre enferma, entonces de 90 años, en el municipio francés de Saint-Géry Vers. Descubrió que la casa tenía una factura de agua de Saur (Empresa de Desarrollo Urbano y Rural) de 12.688€, por un consumo de 3.161 m³ , una cantidad 92 veces superior a su consumo medio. ¿Cómo era eso posible?

El hombre descubrió una fuga de agua de la que su madre no se había percatado. “Cerré inmediatamente el contador de agua y contacté con un fontanero para que la reparara”, aseguró el individuo, según recoge el medio La Dépêche. Como la fuga vertía agua a una pendiente, el agua se filtraba al suelo y era difícil verla.

El hombre pidió entonces a la compañía pagar solo la cantidad correspondiente a su consumo medio mensual, es decir, que todo lo que hubiera superado ese número debido a la fuga, fuera ‘perdonado’ por Saur. Sin embargo, según el medio citado, el fontanero no acudió a la casa hasta seis meses después de que Michael descubriera la fuga, y Saur se negó a condonar la deuda.

Eventualmente, la madre de Michael falleció, por lo que este hombre heredó la casa y la multa. “Ninguno de mis argumentos fue tomado en cuenta. Era imposible hablar con ellos; nadie quería reunirse conmigo. Solo recibí recordatorios de facturas y facturas impagadas”, señala el afectado.

La empresa Grand Cahors, que se encarga del saneamiento, debía recibir parte de la deuda de Michael, pero estos fueron comprensivos y redujeron el pago al consumo habitual. Sin embargo, la deuda todavía era de 6.743 euros.

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Así, Dumoulin volvió a insistir a la empresa de agua, sin grandes resultados. “Me sentí muy decepcionado. Me pidieron cientos de documentos. Esperé casi un año para que me dieran una conclusión. La mediación decidió dar la razón a la empresa y confirmó que el plazo era demasiado largo para obtener un límite y rechazó una reducción excepcional ‘debido al principio de igualdad de trato de los usuarios en el marco de un servicio público’ [...] No tuvieron en cuenta las circunstancias excepcionales en las que me encontraba”, concluye el afectado, que finalmente tuvo que pagar la factura.

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