Hallazgo insólito en Brasil: una isla sumergida del tamaño de Islandia
La presencia de arcilla roja y antiguos vestigios volcánicos refuerzan la teoría de que la meseta sumergida fue una isla tropical, abriendo la puerta a una posible expansión de la Zona Económica Exclusiva de Brasil.
En un mundo en el que las fronteras parecen definidas y los mapas muestran lo conocido, nuevos descubrimientos invitan a replantearnos qué entendemos por territorio y cómo la naturaleza puede sorprendernos. Uno de estos hallazgos ha llegado desde las profundidades del Atlántico Sur, donde un equipo de científicos ha encontrado una isla que, aunque ahora sumergida, podría cambiar la geografía política y económica de Brasil.
Una antigua isla sumergida
A unos 1.200 kilómetros de la costa brasileña, investigadores brasileños y británicos han identificado lo que alguna vez fue una isla de enormes dimensiones, comparable en tamaño a Islandia. El descubrimiento, que se centra en la meseta volcánica conocida como “Elevação Grande Rio”, ha proporcionado nuevas evidencias geológicas que podrían respaldar la solicitud de Brasil ante las Naciones Unidas para ampliar sus fronteras marítimas hacia esta región, ubicada en aguas internacionales.
Esta meseta, actualmente sumergida a unos 650 metros bajo el nivel del mar, representa una quinta parte de la extensión total de la elevación, cuyo territorio fue cubierto por el océano a lo largo de millones de años. Lo que más ha llamado la atención de los científicos es la presencia de arcilla roja en el fondo marino, un material típicamente asociado con los suelos tropicales de Brasil, lo que sugiere que en el pasado, esta región estuvo expuesta a condiciones ambientales terrestres.
El misterio de la arcilla roja
El hallazgo de la arcilla roja no es un evento reciente. En 2018, una expedición a bordo de un sumergible reveló la presencia de estas inusuales capas de arcilla, algo inesperado en el fondo marino. Sin embargo, la investigación más reciente ha proporcionado una prueba irrefutable de que esta arcilla no podría haberse formado bajo el agua. Según los expertos, la erosión de las rocas bajo un clima cálido y húmedo tropical es la única explicación posible para la formación de este tipo de suelo.
Luigi Jovane, geólogo marino de la Universidad de São Paulo y uno de los autores del estudio, explicó que las arcillas rojas son un indicio claro de que esta zona fue en su momento una isla. “Las arcillas rojas son químicamente y mineralógicamente idénticas a las que encontramos en los suelos tropicales de Brasil. Estamos seguros de que representan las superficies superiores de las lavas erosionadas in situ”, afirmó Jovane.
La historia geológica de la meseta
La Elevação Grande Rio se formó hace aproximadamente 80 millones de años debido a un intenso vulcanismo que se produjo debajo de la dorsal oceánica del Atlántico Sur. A medida que la actividad volcánica disminuyó, la meseta comenzó a desplazarse hacia el oeste y se sumergió bajo el agua. No fue sino hasta hace 40 millones de años que la actividad volcánica cesó por completo, dejando tras de sí una región geológica compleja, marcada por lava solidificada.
Las recientes expediciones, tanto con el buque brasileño Alpha Crucis en 2018 como con el RRS Discovery en 2019, han permitido la recolección de muestras de este material, que ha arrojado más luz sobre los orígenes de la isla sumergida. Los investigadores identificaron en estas muestras caolinita, un mineral característico de los suelos tropicales, lo que refuerza la hipótesis de que esta meseta fue, efectivamente, una isla en el pasado.
Implicaciones económicas y geopolíticas
El descubrimiento no solo tiene un valor científico, sino también un gran interés económico. La región es rica en ferromanganeso, un mineral estratégico utilizado en la producción de acero y otros productos industriales. Este hallazgo podría ser crucial para la solicitud de Brasil ante las Naciones Unidas para ampliar su Zona Económica Exclusiva (ZEE), actualmente limitada a 370 kilómetros de su costa.
En 2018, Brasil presentó una petición para extender sus fronteras marítimas hasta la Elevação Grande Rio. La evidencia geológica de que esta área estuvo alguna vez por encima de la superficie terrestre fortalecería la solicitud, ya que demostraría que la meseta tiene las mismas características geológicas que el territorio brasileño, una condición necesaria para que se apruebe la ampliación.
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