Hallan muerta a una mujer tras una explosión en Valladolid
El inmueble, en el 32 de la calle Goya, registró un estallido de gas en su primera planta en torno a las once de la noche, dejando, además de la fallecida, de 53 años, una docena de heridos.
Noche aciaga en la capital pucelana tras una fuerte explosión en el centro de la ciudad. Ha sido en un edificio de cuatro plantas ubicado en el número 32 de la calle Goya y, por el momento, además de dejar doce heridos, ya se ha cobrado una vida. Los bomberos han encontrado el cadáver de una mujer de 53 años en su domicilio, en torno a las cinco y media de la madrugada de este miércoles, tras una intensa búsqueda.
El operativo inició justo en el momento del estallido, poco antes de las once de la noche del martes. Ella vivía en el primer piso del inmueble junto a sus mascotas: tres perros, cuatro gatos y dos hurones. Según han detallado allegados de la víctima a EFE, el esfuerzo por llegar hasta ella fue incesante. Finalmente se pudo localizar el cuerpo y se confirmó el peor de los escenarios.
Como consecuencia del trágico episodio, una docena más de vecinos de la misma calle han sido trasladados a centros hospitalarios. Algunos de ellos, especialmente graves. Según ha recogido la misma agencia, un padre y su hijo han sido ingresados en la UCI y en la Unidad de Quemados, respectivamente.
“Hemos perdido todo”
Según la teoría que manejan los agentes de la Policía Científica en base a los indicios que se han podido rastrear, lo más probable es que se tratase de una explosión de gas. A este respecto, los bomberos han apuntado que, una vez se produjo dicho estallido, se declaró un incendio cuyas llamas llegaron “hasta arriba del todo del edificio”.
La fotografía del edificio, tanto del interior como del exterior, es abrumadora: se ha destruido por completo, por lo que se ha debido proceder a realojar a los vecinos. El caos desatado por la deflagración ha dejado historias rotas que nacen de una madrugada despiadada. Una de ellas es la de María Blanco, quien resume para EFE en tan solo ocho palabras la dureza y la crueldad de las pasadas horas: “hemos perdido todo, no sé cómo he salido”.
Era un edificio de cuatro pisos, dotado de veinte viviendas. Blanco residía en el segundo B. La explosión, según apunta la investigación, se habría producido en la planta baja, por lo que su casa ha sido una de las más afectadas. Ella tenía tres gatos, tan solo se ha podido rescatar uno de entre los escombros, que se han amontonado, todavía más, al vencerse la fachada principal. El retrato desolador es el de una trágica noche vallisoletana para el olvido.