Hallan en el fondo del Mediterráneo un barco de hace 2.000 años
Se trata de un carguero de más de 20 metros de largo, lleno de cientos de antiguas tinajas romanas con forma de tubo, hallado en la pequeña ciudad portuaria de Civitavecchia, en Italia.
Desde las primeras civilizaciones del Levante se ha hablado de la excepcionalidad del Mediterráneo. Aquellos pueblos, asentados en un Oriente Próximo sobre el que giraba la corta e intensa historia de la humanidad, vivían entre los montes Tauro, el desierto árabe, Mesopotamia y el mare Nostrum. Así lo llamaron los romanos, que vinieron tiempo después a refundar las costas de una masa de agua que bañaba el imperio latino de un extremo a otro.
Todas estas historias se contaron en su día de barco en barco, cruzando el cálido y querido Mediterráneo por comercio, exploración, guerras o amor. Por la borda se caían ánforas, personas, tesoros y todo tipo de objetos que pertenecieron a un tiempo ya olvidado. A veces, incluso el propio barco, que se hundía lejos de puerto. Y en ocasiones, muchos siglos más tarde, todavía es posible vislumbrar parte de este universo.
Un monstruo de otro tiempo
Un equipo de arqueólogos de la brigada policial de protección del patrimonio cultural de Italia se encontraba rastreando posibles ecos del pasado en las aguas cercanas a la pequeña ciudad portuaria de Civitavecchia. Se encontraban exactamente a 524 pies de la superficie, a 160 metros de profundidad, cuando un monstruo de otro tiempo apareció.
Allí estaba. Un carguero de más de 20 metros de largo, lleno de cientos de antiguas tinajas romanas con forma de tubo. Era del siglo I o II a.C. Junto a los arqueólogos había buzos de la superintendencia nacional de patrimonio cultural subacuático, una institución encargada de proteger y regular los vestigios históricos que océanos y mares ocultan por los siglos de los siglos.
“Este descubrimiento excepcional representa un ejemplo importante del hundimiento de un barco romano que enfrentó los peligros del mar en un intento de llegar a la costa y da testimonio de las antiguas rutas comerciales marítimas”, ha dicho la unidad de ‘policía cultural’, consciente de la importancia del hallazgo.
Guardianes de un cementerio de ánforas
Es relativamente frecuente encontrar vasijas de aquellos siglos en las costas italianas. Por ello existen cuerpos específicos que vigilan estos hallazgos: para evitar que los comerciantes de arte se froten las manos. En junio de 2021, se recuperaron cientos de objetos arqueológicos que habían sido recolectados ilegalmente de un coleccionista belga y que databan del siglo VI a.C. Juntos, sumaban un valor de 11 millones de euros. Pero la historia no tiene precio.
Eran cerca de 800 piezas. En concreto, habían sido recuperados de una forma ilegal a través de excavaciones clandestinas en la zona de Puglia, donde hace dos milenios vivieron los ilirios y los itálicos. Allí donde, en el siglo VIII a.C., llegaron los griegos. Una región importante para los antiguos romanos, donde se libraron guerras contra los cartagineses y que, mucho más tarde, fue pisada y tomada por los bizantinos. Una mina de valor incalculable para el arqueólogo furtivo y cazatesoros. Aquellos que persiguen los ‘policías culturales’ de las costas italianas, reconvertidos en guardianes de las aguas que vieron nacer a Occidente y que hoy son un cementerio de ánforas e historias perdidas en el tiempo.