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El viaje de Hilo Moreno en el sur de Islandia: ¿cómo llega la basura a las costas?

El guía polar habla con Diario AS sobre su expedición en bicicleta por el sur de la isla y de los residuos pesqueros encontrados: “Vimos boyas tan grandes como un autobús”.

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El viaje de Hilo Moreno en el sur de Islandia: ¿cómo llega la basura a las costas?
Fotografía de Hilo Moreno

Cualquiera que haya estado en Islandia se ha quedado sin aliento tan pronto sale del aeropuerto. Parece que la Madre Tierra, aficionada al cine, hubiera hecho emerger de las profundidades un trozo de tierra que solo se puede disfrutar en formato horizontal. En una época en la que los teléfonos móviles y las redes han impuesto la imagen vertical, Islandia es fiel al ojo humano: o miras hacia los lados y en profundidad, o te pierdes un paisaje de película.

Claro que hay lugares para observar de arriba a abajo, como la famosa cascada de Skógafoss, que tiene 60 metros de altura, o la iglesia Hallgrímskirkja de Reikiavik, que es el edificio más alto del país. Pero a la isla le rebosa la anchura. Por ejemplo, Skógafoss aparece en dimensiones de cine en Juego de Tronos, y Justin Bieber grabó un videoclip en puntos icónicos de Islandia. Basta conducir un rato por sus infinitas carreteras para apreciar la inmensidad del país y preguntarse cómo es posible un paisaje lunar como aquel. Pero hay otra pregunta, no tan frecuente, que se hacen los que están más familiarizados con el país: ¿Cómo llega la basura a las costas de una isla tan alejada?

Hace un mes, a principios de julio, el guía polar Hilo Moreno viajó a Islandia con dos amigos para recorrer el sur de la isla en bicicleta y kayak. Desde Hofn hasta Vik pedaleando a través de la arena negra situada cerca de las costas de Islandia. Sin tocar carretera. También tuvieron que cruzar ríos y lagunas de agua dulce procedentes del glaciar Vatnajokull, el más grande de toda Europa. Además del paisaje, a Hilo le asombró “la gran cantidad de basura que llega hasta la costa”, según relata a este periódico.

¿Qué encontraron a lo largo de esos 250 kilómetros? “Toneladas de plásticos, boyas, objetos marinos, así como insólitos enseres tirados sobre la arena. En algunos momentos han aparecido boyas tan grandes como un autobús a cientos de metros del agua. También metros de redes de pesca, cajas de pescado, aparejos de pesca, balizas destrozadas o enormes ruedas.”, explica a Diario AS Hilo, embajador de Ruteon y Helly Hanssen.

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La boya de un barco semienterrada en la arena / Hilo Moreno

No es la primera vez que ocurre. El año pasado, 28 voluntarios de la organización Hreinni Hornstrandi sacaron unas cinco toneladas de basura en su viaje anual a Hornstrandi, la península más septentrional de la isla. Este año, limpiaron las costas de Bolungarvík, un municipio de la península, y en tan solo dos días recogió 3,6 toneladas de residuos. En las imágenes publicadas se muestran redes de pesca, cuerdas, y herramientas de plástico. “El rendimiento fue de 3,6 toneladas, lo cual es muy satisfactorio y una reducción significativa con respecto a las 9,5 toneladas recolectadas en 2018. Realmente es la tendencia correcta”, señala la publicación de Hreinni Hornstrandi.

3.6 tonn í Bolungarvík! Dagana 23-24 júní héldu 20 sjálfboðaliðar snemma á fætur og lögðu af stað í góðu veðri í...

Posted by Hreinni Hornstrandir on Saturday, July 29, 2023

Nueva gestión de la basura: si reciclas mal, pagas

Islandia implementó una nueva regulación sobre basuras en enero de este año que establece la clasificación de residuos como algo “obligatorio”, según la Agencia Ambiental del país. La basura se debe separar en siete categorías (papel, plástico, biorresiduos, textiles, metales, vidrio y residuos peligrosos) y cada uno tiene un sistema de recogida diferente. Pero lo más llamativo es que las autoridades locales pueden cobrar tasas por la gestión de residuos a través del pago por uso.

En otras palabras, pagas menos si reduces la cantidad de residuos y los clasificas bien para su reciclaje. Al mismo tiempo, quienes mezclen más residuos o los clasifiquen mal “pagarán una tarifa más alta por los costes de eliminación”. La ley entrará en vigor a finales de año, pero los cambios dirigidos a esta nueva política y la adaptación a ellos ya han comenzado.

Los residuos procedentes de la construcción o demolición también deberán ser clasificados en diferentes categorías (residuos peligrosos, madera, minerales, metal, vidrio, plástico y yeso) con el objetivo de establecer una economía circular y sacar provecho de la basura generada. En su expedición, Hilo encontró algunos barcos que naufragaron hace años. En las playas, la situación es diferente.

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Fotografía de Hilo Moreno

Residuos pesqueros

“Nos gustaría motivar a la gente de toda la isla a que venga y eche un vistazo a las playas. Si haces un viaje por carretera alrededor de la isla, la costa se ve muy bonita y limpia, pero si vas a las playas puedes ver cuánta basura llega realmente a las costas”, explica a The Reykjavík Grapevine una voluntaria de Worldwide Friends/Veraldarvinir, una ONG centrada en proyectos ambientales.

“Bitrufjörður (un pequeño fiordo del país) es en realidad una de las playas más sucias de Islandia. La corriente y el viento son los adecuados para llevar todo al fondo de los fiordos. Puedes encontrar mucha madera flotante, plásticos grandes, redes de pesca y microplásticos”, señala la voluntaria. Según el guía polar Hilo, su expedición por las playas del sur de la isla se parecía más a “un viaje marino que a uno en bicicleta”, no solo porque los ríos que cruzaban “estaban llenos de focas”, sino por la propia basura encontrada. Las imágenes que tomó el guía muestran, sobre todo, herramientas de pesca. “Algunas cosas las tirarán y otras se escaparán de los barcos”, señala Hilo. “Había mil cosas raras”.

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Más boyas en las costas de Islandia / Hilo Moreno

Islandia trabaja en el reciclaje de los residuos de la pesca, transportándolos a Lituania, Dinamarca y los Países Bajos, de acuerdo con la Asociación de Empresas de la Industria Pesquera de Islandia. Además, desde 2005 procesa los desechos de la pesca fabricados con materiales sintéticos. Para un país en el que el 9% del PIB pertenece a la pesca y la transformación de alimentos marinos, son grandes decisiones.