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MEDIO AMBIENTE

De David Beckham a Aristeo, el dios que protege a las abejas

Igual que el polifacético exfutbolista, una entidad española lucha contra una extinción que pondría en jaque al planeta, ayudando además a personas con discapacidad. El deporte se une a la causa.

De David Beckham a Aristeo, el dios que protege a las abejas
David Lloyd Turó / Aristeu.org

Caminando por sus terrenos en los Costwolds, en la campiña inglesa, hasta alcanzar un colmenar rodeado de flores silvestres, enfundado en un traje de apicultor y dispuesto a recolectar en un tarro la miel. De esa guisa irrumpe David Beckham en la primera escena de la serie documental a la que da nombre (en Netflix). Y seguramente no sea casual. Una de las inquietudes del exfutbolista del Real Madrid, del propietario del Inter de Miami -donde juega Lionel Messi- pasa por la conservación de las abejas. No es un capricho de rico. Es la respuesta ante una emergencia mundial, que en su caso aúna deporte y concienciación. Y que también ha llegado a España.

Casi como quien emula el recorrido agreste de Beckham, pero trasladado a la sierra de Collserola, pura naturaleza a pocos minutos de la ciudad de Barcelona, entre árboles y un agradable riachuelo se encuentra un maravilloso reino de abejas, como el medio millón apadrinadas desde hace un año por el club David Lloyd Turó, que cuenta con 5.000 socios que realizan actividades deportivas en sus instalaciones. Es uno de los colaboradores de la sensible iniciativa de Aristeu.org, una organización nacida en plena tormenta de creatividad durante la pandemia, en 2020, y que debe su nombre al dios que en la mitología griega guarecía a las abejas. Más claro, el agua. O la miel.

Porque, tal como durante una instructiva visita con la presencia de AS cuentan el fundador de Aristeu, Juan Puerto, y Éric Barbero, el apicultor que cuida de todas las colmenas, las abejas están en peligro de extinción. Se debe en parte a la globalización, que ha traído hasta Europa a su principal depredador: la avispa asiática.

Éric Barbero sostiene un panal de abejas, en Collserola (Barcelona).
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Éric Barbero sostiene un panal de abejas, en Collserola (Barcelona).David Lloyd Turó / Aristeu.org

Y ello conllevaría, por lo pronto, la desaparición de más del 70 por ciento de los cultivos de frutas y verduras, del café, del chocolate, y consecuencias mayores en un efecto cascada, ya que sin su polinización dejaría de existir buena parte de la biodiversidad y agricultura que conocemos. De ahí el empeño de Beckham, o de otros famosos como Morgan Freeman o Beyoncé. Y de Aristeu, que ha expandido su idea ya a Madrid, Sevilla y próximamente a Zaragoza o Valencia. Donde la legislación lo permite, las colmenas se instalan en la cubierta de edificios reproduciendo su hábitat natural.

Resulta casi hipnotizante ver cómo la ‘apis mellifera iberiensis’, la especie escogida entre las 20.000 existentes (y que dieron título a una reciente película española), produce sus colmenas, la miel, el propóleo o la cera, con sus hexágonos geométricamente perfectos. Una inteligencia que las lleva también, según una investigación realizada en la Universidad Queen Mary de Londres (Reino Unido), publicada en la revista ‘Animal Behaviour’ y recogida por National Geographic, a hacer rodar pequeñas pelotas de madera simplemente para divertirse. Y si se les ofrece una recompensa, las llevan hasta una portería. Es decir, meten goles.

Teo es uno de los chicos de  Esclatec que etiquetan los tarros de miel.
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Teo es uno de los chicos de Esclatec que etiquetan los tarros de miel.David Lloyd Turó / Aristeu.org

Aunque, para goles por la escuadra, los del proceso de Aristeu. Una vez asegurada la protección de las abejas, los tarros con miel cien por cien orgánica que salen de la sierra de Collserola van directos de la colmena al Centro Especial de Empleo Esclatec, dirigido por Juan Ranera, y que se dedica a la inserción laboral de personas con graves discapacidades. Ellos etiquetan los envases, tan personalizados que escriben su nombre. También hacen las velas. Y el ciclo, la goleada, culmina de la mejor manera posible: con la donación de la miel a asociaciones con fines sociales. Un proyecto que se extiende por otros puntos del país con distintos centros que trabajan con personas en riesgo de exclusión social.

El impacto positivo es inmejorable. Para el planeta, ante el riesgo que supondría la extinción total de las abejas. Para los chicos y chicas que trabajan en Esclatec, muchos de los cuales proceden del Centro de Educación Especial Les Corts, que igualmente hace una labor encomiable desde la etapa infantil en dicho barrio barcelonés. Para las empresas que apadrinan, naturalmente. Y también para el deporte. Porque la miel es una fuente natural de carbohidratos, y además protege el sistema inmunitario. Y, a diferencia de los contratos de futbolistas, como bien sabe Beckham, nunca caduca.

Foto de familia en el Centro de Educación Especial Les Corts entre Esclatec, David Lloyd Turó y Aristeu.
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Foto de familia en el Centro de Educación Especial Les Corts entre Esclatec, David Lloyd Turó y Aristeu.David Lloyd Turó / Aristeu.org

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