Choque entre Eslovaquia y Rusia
Este país situado en Europa central ha acusado a Rusia de “injerencia” en sus elecciones legislativas. Además de convocar a un funcionario de la embajada rusa, ha exigido a Moscú que “ponga fin a las actividades de desinformación”.
Eslovaquia ha acusado este lunes a Rusia de “injerencia” en sus elecciones legislativas y ha convocado a un diplomático de la embajada rusa, después de las declaraciones del director del Servicio de Inteligencia Exterior (SVR) de Rusia, Sergei Narishkin, sobre la interferencia en Estados Unidos en la política interior eslovaca.
“Consideramos que esa desinformación difundida deliberadamente es una injerencia inadmisible de la Federación de Rusia en el proceso electoral de la República Eslovaca”, ha trasladado el ministerio eslovaco de Relaciones Exteriores en un comunicado.
Petición a Moscú
Y es que Narishkin había calificado a Eslovaquia Progresista de “apoderados de Estados Unidos”, tras asegurar que Washington había “aumentado su injerencia en la situación política interna de Eslovaquia”. Un testimonio que no ha sentado nada bien a cierto sector de este país.
Es por ello que el ministerio de Relaciones Exteriores en Bratislava, además de convocar a un funcionario de la embajada rusa, ha exigido a Moscú que “ponga fin a las múltiples y diversas actividades de desinformación dirigidas contra Eslovaquia”.
La integridad de unas elecciones libres y democráticas, en duda
Su protesta enérgica contra la falsa declaración de la inteligencia rusa, sin duda alguna, ha puesto en duda la integridad de unas elecciones libres y democráticas. El candidato más votado en las elecciones eslovacas de ayer, el ex primer ministro Robert Fico, con el 23%, ha prometido poner fin a la ayuda armamentista a Ucrania y reorientar el país hacia Rusia para emular en Eslovaquia el modelo húngaro.
El socialista, derivado a nacionalista y populista, tiene todavía que pactar con socios de coalición, pero no se le será demasiado difícil, o eso parece. Su llegada al poder, eso sí, genera una gran inquietud, no solamente en Kiev, sino también en Bruselas.
Respuesta de Rusia
¿Las razones? Están claras: es un país occidental, en el flanco oriental de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y con cien kilómetros de frontera física con Ucrania, para estar bajo la influencia del presidente de Rusia, Vladímir Putin. Por si esto fuera poco, preocupa también la catadura política y moral de Fico, conocido por su extensa trayectoria.
Ante estas circunstancias, Moscú ha rechazado las acusaciones del gobierno eslovaco y ha ofrecido una respuesta tajante que no ha dejado lugar a la interpretación: “A diferencia de algunos de los actuales aliados de Eslovaquia, no interferimos en los asuntos interinos de otros países y no participamos en cambios de régimen”.