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SOCIEDAD

Andorra prohíbe comprar casas a extranjeros

El Gobierno de Andorra decreta una moratoria ante el aumento de los precios en el sector inmobiliario.

Actualizado a
Cartel de alquiler de viviendas en la fachada de un edificio, a 31 de diciembre de 2022, en Barcelona, Cataluña (España). El precio de los alquileres en Barcelona ha crecido un 25,7% en 2022, hasta los 19,3 euros por metro cuadrado al mes, según comunicó  Idealista este jueves 29 de diciembre. Todos los distritos barceloneses registran precios más altos que hace un año, y la mayor subida se ha producido en Sarrià-Sant Gervasi, donde las expectativas de los propietarios se han incrementado en un 29%, seguido del Eixample (28,7%), Sant Martí (28,2%) y Ciutat Vella (22,5%). Por distritos, los mayores precios son en Ciutat Vella (22,8 euros por metro cuadrado al mes) y Sarrià-Sant Gervasi (20,7 euros), mientras que los más baratos son en Nou Barris (13,4 euros) y Sant Andreu (14,1 euros).
31 DICIEMBRE 2022;ALQUILERES;ECONOMÍA;SOCIEDAD;PRECIO;INMOBILIARIA;CATALUNYA;PIXELADA
David Zorrakino / Europa Press
31/12/2022
David Zorrakino Europa Press

La moda que ha surgió hace unos pocos años atrás de mudarse a Andorra está causando estragos a sus ciudadanos debido a la subida exponencial de los precios en las viviendas tanto en los alquileres como en las hipotecas. Este boom inmobiliario comenzó con la llegada de los youtubers españoles al país vecino debido al bajo nivel de los impuestos comparados con los de España, y ahora los precios de la vivienda se han disparado llegando a causar problemas a los propios andorranos.

Entre el último trimestre de 2022 y el primero de 2023, el precio de la venta de los inmuebles ha llegado a aumentar en 12,8%. “Estamos ante una epidemia inmobiliaria”, afirmó Cerni Escalé, el líder de la oposición en Andorra, añadiendo que “Algunos ciudadanos se están yendo del país porque no se pueden permitir vivir aquí”.

El Govern de Andorra, para frenar la subida exponencial de los precios, ha decidido promulgar a principios de este mes de septiembre una moratoria que prohíbe temporalmente a los extranjeros adquirir viviendas en el Principado, tanto de alquiler como en forma de hipoteca, hasta poder construir viviendas con alquileres asequibles.

El jefe del Govern, Xavier Espot, advirtió que la moratoria era una medida “temporal” pensada para evitar que, mientras se negocia cómo será ese impuesto, haya un efecto llamada que haga aumentar todavía más el número de operaciones inmobiliarias. “El acceso a la vivienda es el reto más importante que tenemos”, señaló Espot.

Mucha demanda y poca oferta

Si bien es cierto que lo normal sería que hubiese mucha demanda de inmuebles y poca oferta, en el caso de Andorra es al contrario. A día de hoy se estima que en el Principado hay aproximadamente 3.000 casas en alquiler vacías.

Uno de los problemas que se une al alto precio de las viviendas son los bajos salarios actuales, que son insuficientes para poder pagar los inmuebles que están disponibles.

Conxita Marsol, ministra de Presidencia y de Vivienda del Govern d’Andorra, deduce que la congelación de los precios del alquiler en 2019 fue positiva, pero dice que tal vez ha contribuido a que haya bajado la oferta de pisos de alquiler. “En su día fue positiva, pero es cierto que con el tiempo se ha convertido en una medida un poco perversa”, afirma la ministra.

Marsol compara este fenómeno con la llegada de miles de personas a las grandes ciudades, y afirma que, “Cada vez viene más gente, algunos con gran capacidad económica y quieren comprar aquí y quedarse por nuestro estilo de vida, nuestra seguridad y nuestra sanidad”.

En tan solo una década, el Principado de Andorra ha llegado a aumentar su población un 20% pasando de los 69.966 habitantes que tenía en 2013, a los 83.990 que hay registrados en 2023. Escalé define este suceso como una “tormeta perfecta”, y lo resume de la siguiente manera: “Es una crisis de poder adquisitivo vinculada a la inversión extranjera”.

Un problema que se extiende

Este fenómeno inmobiliario no solo sucede en Andorra, sino que también ocurre en la localidad leridana de La Seu d’Urgell, donde los alquileres han incrementado ante la llagada de ciudadanos andorranos que viven la misma situación. Este municipio, de apenas 12.000 habitantes, se encuentra ahora en el índice de zonas tensionadas que ha elaborado la Generalitat.

“Es evidente que lo que ocurre en Andorra tiene un efecto contagio en localidades que quedan a pocos kilómetros de aquí”, opina el líder de la oposición andorrano. “Creo que nosotros tenemos que ser los responsables de los efectos de nuestro desarrollo económico en las regiones vecinas”.

Otras zonas de los Pirineos, como la Cerdanya o el Pallars, también están viendo cómo los habitantes de las zonas no encuentran un alquiler digno que les permita quedarse en las localidades donde nacieron.