Amenaza surrealista de Botsuana a Alemania: enviarle 20.000 elefantes y “no es broma”
El presidente del país africano propone esta idea tras barajas Alemania la posibilidad de regular las importaciones de trofeos de caza de estos animales.
Botsuana tiene un grave problema con los elefantes. Su densidad de población supera con creces el territorio disponible para que estos enormes animales puedan campar a sus anchas por sus áridos y vastos desiertos. En el año 2014 decretaron la prohibición de la caza de estos paquidermos, pero cinco años más tarde se vieron obligados a dar marcha atrás tras las quejas y la presión de poblaciones locales.
Entonces, la alternativa pasaba por emitir una serie de cuotas anuales de caza, al considerar que de este modo se conseguía una buena fuente de ingresos para la economía local. Y, de paso, se desestimulaba la caza furtiva de estos animales, prohibida en el país africano. Pero los problemas siguieron, con las limitaciones por parte de muchos países a la hora de importar trofeos de caza (su cabeza o su piel).
Australia, Francia o Bélgica son algunos de los países europeos que han prohibido el comercio con trofeos de caza. Lejos de esta posición está Alemania, el país de la Unión Europea que más importa trofeos de caza según un informe de 2021 de la Humane Society International. Al menos, hasta ahora. Porque, a comienzos de año, el ministerio de medio ambiente alemán planteó la idea de regular este tipo de importaciones.
La idea, no obstante, no ha gustado en Botsuana. Mokgweetsi Masisi, presidente botsuano, considera que esta medida no haría otra cosa que empobrecer a su país. Y, por ello, ha planteado la siguiente idea: mandar 20.000 elefantes al país germano. “Los alemanes deberían vivir con los animales en la forma en que están diciendo que lo hagamos nosotros. Y no estoy bromeando. Nos gustaría hacerle ese regalo a Alemania, y no voy a tomar un no como respuesta”, dijo Masisi al diario alemán Bild.
Mientras tanto, desde el ministerio alemán aseguran que Botsuana todavía no les había planteado, de forma oficial, su preocupación sobre el asunto. “A la luz de la alarmante pérdida de diversidad biológica, tenemos la responsabilidad especial de hacer todo lo posible para garantizar que la importación de trofeos de caza sea sostenible y legal”. No obstante, siguen en conversaciones con los países africanos afectados por las normas de importación.
Y es que los cada vez más intensos esfuerzos de conservación animal han incrementado sobremanera el número de estos animales, por lo que la caza (asegura Masisi) es una forma de mantener un equilibrio ambiental. El país africano tiene casi un tercio de la población mundial de elefantes (unos 130.000), una cantidad muy por encima del territorio disponible para que puedan vivir en armonía.
Una donación de 8.000 elefantes a Angola
Según el mandatario botsuano, estas manadas de elefantes suelen generar problemas en las poblaciones cercanas, con daños a las propiedades de los vecinos y a las cosechas de los campesinos. Incluso, en ocasiones ha habido incidentes en los que los residentes han sido aplastados por sus grandes patas.
No sería el primer envío del país africano, que en los últimos meses donó 8.000 ejemplares a Angola y le ofreció 500 a Mozambique, en un intento de reducir su población. A su vez, tanto Botsuana como otros países africanos como Zimbabue y Namibia han manifestado que se les debería permitir vender sus reservas de marfil para poder ganar dinero, teniendo en cuenta el creciente número de elefantes.
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