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SOCIEDAD

Advertencia de la OCU sobre la cerveza con limón

El organismo pone de relieve la escasa presencia de zumo de limón en estos productos. En su lugar, es sustituido por azúcares.

Actualizado a
Las 10 mejores cervezas en España, según la OCU

Ahora que el sol aprieta en verano, en plena ola de calor y temperaturas por encima de los cuarenta grados, refrescarse es casi más un deber que una opción. El agua ayuda a combatir el calor extremo y a evitar a que nos deshidratemos, pero en compañía de amigos, o en la playa, lo que apetece es una cerveza (o refresco, o tinto de verano) bien fresquito. Quienes toleran menos este oro líquido, o bien porque prefieren aromas más suaves, optan por la cerveza con limón.

Pero amigo, como bien citó Cervantes en El Quijote, “no ha de ser oro cuanto reluce”. La idea extendida de que la opción con limón es más sana que una cerveza clásica no es del todo cierta. Con el paso de los años se ha pasado de la cerveza con limón de toda la vida que se pedía en los bares (a la que se le añadía el refresco aparte) a un producto ‘nuevo’. O, en realidad, dos. Porque, como recuerda la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), los términos ‘Radler’ y ‘Shandy’ reflejan cosas diferentes.

En un estudio reciente, advierten de que la presencia del limón en alguna de las marcas analizadas es “casi testimonial”. El añadir limón a la cerveza, en su versión Radler, tiene su origen en uno de los países más consumidores de esta bebida: Alemania. Se hacía ya en Baviera a comienzos del siglo XX cunado, durante una carrera ciclista, se decidió mezclar cerveza con limonada. En el caso de las Shandy, tienen acento británico: hace varios siglos se elaboraba una variedad de cerveza con jengibre, elemento posteriormente cambiado por la limonada.

Más refresco que zumo: Radler vs Shandy

Pero el paso de los años no le ha sentado bien a esta mezcla que, según la OCU, el “tradicional zumo de limón” ha pasado a ser testimonial, en el mejor de los casos. La primera de las ‘sorpresas’ expuesta por la organización es la baja presencia de zumo, que en muchos casos es sustituida por un refresco azucarado y aromatizado.

Como mencionábamos antes, cada una de las variedades (no asociadas a una u otra marca concreta) es algo diferente. En el caso de Radler, se trata de un producto con un contenido de alcohol entre el 2% y el 3,2% de volumen. Esto es, cerca de la mitad que una cerveza tradicional. Sobre la cantidad de zumo, hay para todos los gustos: las que no lo contienen (solo aromas), como la Radler Perlenbacher (Lidl), las que tiene una cantidad ínfima (un 0,4% la Damm Lemon, por ejemplo) y las “generosas”, como Radler Ambar y Radler Saerbrau (Carrefour) con un 5%.

En el lado opuesto está el producto Shandy, con un contenido de alcohol por debajo del 1%. Es lo más parecido a una cerveza sin alcohol de toda la vida. En este caso, el zumo de limón brilla por su ausencia, pues apenas se añaden aromas. Y también podemos encontrar cervezas 0,0% con limón, con una pequeña cantidad de zumo que no supera el 4%. Ahora bien, ¿cuál es la más saludable?

La OCU lo tiene claro: la versión con limón y 0,0% de alcohol. Porque las otras, aunque tienen menos alcohol, cuentan con refrescos azucarados que las convierten en menos sanas. Una Radler tiene una cantidad de calorías mayor que una cerveza clásica (hasta un 12%, con 145 kilocalorías por lata). Por su parte, las Shandy tienen menos alcohol y una cantidad de kcal que se queda en 110 aproximadamente, un 15% menos que una cerveza clásica. Y en cuanto a las 0,0%, tienen un 32% menos de kcal que una cerveza clásica (apenas 89).

En cualquier caso, se debe tener en cuenta lo siguiente, como recuerda la OCU. “Una lata de cerveza con limón puede tener un contenido de azúcar equivalente a tres sobres de azúcar”. Y cuidado con las versiones edulcoradas que pueden rebajar el azúcar, pues por otro lado pueden incluir edulcorantes como la sucralosa o el acesulfame K, que la OCU no recomienda.

La receta de la OCU

Y si ninguna de estas opciones te convence, la organización aconseja hacer uno mismo su propia cerveza con limón. Una vez elegida nuestra cerveza favorita, le añadimos el zumo resultante de exprimir unos limones, el doble de cantidad de agua y un poco de azúcar.