Adiós a procrastinar: los dos pasos para dejar de postergar las tareas para siempre
Un estudio de la Universidad de California revela que es posible dejar de retrasar tus obligaciones en tan solo dos minutos con un breve método.
Procrastinar se ha convertido en un hábito que afecta a todos, desde estudiantes a trabajadores. A largo plazo, la postergación puede provocar retrasos interminables en las tareas del día a día, haciéndolo más difícil de sobrellevar.
Para evitar la repetición de este fenómeno, la Universidad de California en Santa Bárbara (UCSB) ha desarrollado un estudio científico que propone una estrategia de dos sencillos pasos que promete acabar con la procrastinación.
¿En qué consiste el estudio?
Los investigadores presentan un método breve que permitiría iniciar cualquier tarea que se haya postergado en tan solo dos minutos. La estrategia consiste en dar pequeños pasos que facilitan la acción inmediata. Estas indicaciones no requieren cambios drásticos en la rutina, simplemente te empujan a resolver lo que has dejado olvidado.
El primer paso del estudio consiste en definir con precisión la tarea pendiente, especificando el objetivo que se desea cumplir. Después, se recomienda reconocer las emociones que la tarea te genera, sean cuales sean: aburrimiento, ansiedad, miedo… Cuando se hayan identificado estas emociones, se recomienda expresarlas en voz alta, para aumentar la conciencia sobre qué es lo que impide realizarlas.
En el segundo paso la terea se dividirá en pequeños pasos manejables, que permitan completarse rápidamente. Cada subtarea debe ocupar un tiempo exacto, y contabilizarse. Además, el estudio establece que se debe establecer una recompensa inmediata y sencilla después de completar cada subtarea, como escuchar música, tomarse un café o realizar una actividad placentera.
El proceso de investigación
La investigación involucró a 1.035 adultos en Estados Unidos y reino Unido, en el que participaron una mayoría de mujeres con una media de edad de 39 años. Los participantes fueron divididos al azar en tres grupos: uno que realizó estos dos pasos, y otros dos grupos de control.
Siguiendo las instrucciones de los investigadores, los participantes identificaron las emociones que les producía la tarea en cuestión, un proceso que los expertos llaman affect labeling. Para evaluar el impacto de la intervención, los investigadores midieron factores como o el estado de ánimo de los participantes, su motivación o el nivel de estrés que les generaba la acción.
Noticias relacionadas
El enfoque del estudio demostró que, al fragmentar la obligación y vincularla a recompensas concretas, se incrementa la motivación y se facilita la acción. Este procedimiento, breve y estructurado, permite que las personas comiencen a trabajar en lo que antes postergaban de manera rápida y efectiva, sin requerir extensos períodos de planificación.
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí
Rellene su nombre y apellidos para comentar