Shock en Japón tras el ataque al primer ministro Kishida
Nueve meses después del asesinato de Shinzo Abe, el primer ministro Fumio Kishida tuvo que ser evacuado en un acto al explotar una bomba de humo.
No es habitual en Japón que se produzcan magnicidios o ataques violentos contra personas ilustres. Por eso el país del Sol Naciente lleva en shock más de nueve meses. El último susto ha sido este sábado, cuando Fumio Kishida, el primer ministro del país, iba a dar un discurso en Wakayama. Sonó una explosión (una bomba de humo, según la principal versión) y tuvo que ser evacuado.
“Nos disculpamos por preocuparles y causar problemas a a muchas personas. Debemos mantenernos unidos”, decía Kishida tras el incidente en la emisora pública NHK, que anunciaba que el mandatario había salido ileso.
Detuvieron a Ryuji Kimura, un ciudadano de 24 años, sobre el que rápidamente se abalanzaron varios agentes tras ser identificado por un grupo de ciudadanos. Tras la inmovilización del sospechoso, la multitud se comenzó a dispersar, con ciertos gestos de pánico, al ver al hombre detenido y trasladado por la policía. “Corrí frenéticamente y luego hubo un sonido fuerte. Mi hijo lloraba”, decía una testigo a la NHK. Se lanzó “un cilindro plateado, después hubo una explosión”, según otra persona presente.
El detenido, residente en la prefectura de Hyogo, a más de 200 km de Wakayama, se negó a declarar ante las autoridades, por lo que se desconoce la motivación del ataque. Sí ha trascendido que podía llevar un segundo artefacto que no llegó a usar.
El recuerdo del asesinato de Abe
Japón está inmersa en la campaña de las próximas elecciones locales y este suceso ha revivido un momento complicado para la historia del país sucedido hace menos de un año, en julio de 2022, cuando Shinzo Abe, exprimer ministro, fue asesinado durante un acto en la campaña por la Cámara Alta. Era rival político de Kishida.
A nivel político, Kishida pasa por una crisis de popularidad en Japón, provocada por una economía estancada y los escándalos que han salpicado a varios de sus ministros. Eso ha molestado a la ‘recta’ sociedad japonesa.
“Es lamentable que algo así haya sucedido en medio de una campaña electoral que constituye la base de la democracia. Es una atrocidad imperdonable”, decían desde el Partido Liberal Democrático de Kishida, que seguirá con la campaña tras este incidente que preocupa a la sociedad nipona.