Sari Rautio, embajadora de Finlandia en España: “Rusia es el hermano pequeño de China”
La diplomática habla con Diario AS y asegura que su relación con el Kremlin es “pésima”. Analiza cómo ve la situación de la política española.
Dos pequeñas banderas que muestran grandes intenciones reciben a los visitantes en la embajada de Finlandia: una del propio país y otra de Ucrania. Un color azul marino otánico que impera en estas oficinas diplomáticas transmite las aspiraciones internacionales del país, que la guerra “inútil” acabe y que Helsinki sea, en su totalidad, miembro de la OTAN.
En estos momentos, Finlandia se enfrenta a los fantasmas soviéticos de su pasado. Formaron parte del imperio ruso antes de lograr su independencia en 1917, y posteriormente prometió neutralidad a Rusia a cambio de que el Kremlin no volviese a atacar su territorio, una posición que Helsinki abandonó el año pasado porque “la guerra de Rusia ha cambiado todo”. En el presente, espera la resolución definitiva de Turquía y Hungría para entrar en la Alianza; y en el futuro más próximo, las elecciones generales del próximo dos de abril decidirán el nuevo Gobierno finlandés.
Son las 12:00 horas del viernes y la embajadora de Finlandia en España, Sari Rautio, recibe a Diario AS para hablar del final de la guerra, de la construcción de una valla de 200 km en su frontera con Rusia y del papel de China como mediador. Explica que en el conflicto se han perdido muchas vidas inútilmente, que “esto no tenía que pasar” y que la actual relación Moscú-Finlandia, a pesar de haber tenido “momentos bastante buenos”, es “pésima”.
Hace tres semanas que Pedro Sánchez se reunió con Sanna Marin (primera ministra de Finlandia) en Helsinki. Allí, puso de manifiesto la “sintonía” que existe entre ambos países. Como embajadora en España, ¿cuál es sintonía entre ambos países?
Me alegra que el presidente de España ponga de manifiesto nuestras buenas relaciones y sintonía. La guerra rusa nos ha unido, igual que la Unión Europea. También compartimos la idea de que en Europa haya un bienestar social y el compromiso con una transición verde ecológica.
¿Por qué es tan importante para Finlandia entrar en la OTAN?
Es una organización defensiva que apreciamos. Hasta ahora pensábamos que podíamos tener una seguridad suficiente sin la membresía, simplemente como colaboradores. Pero la guerra de Rusia ha cambiado todo. Ya teníamos un Gobierno con una fuerte inversión en defensa, pero desde que empezó este conflicto vimos que necesitábamos dar un paso más, que era entrar. La opinión de los finlandeses también ha cambiado. Antes de la guerra, un 30% de los finlandeses apoyaban la entrada en la OTAN. Hoy en día es más del 80%.
Turquía ha dado luz verde al ingreso de Finlandia en la OTAN, pero sin Suecia. ¿Se romperá la candidatura conjunta?
No es algo que deseemos, porque Suecia y Finlandia van de la mano, son socios íntimos. Hemos hecho todo lo que hemos podido para ir juntos, pero estos últimos pasos ya no están en nuestras manos. Turquía ha querido que esto sea así, pero esperemos que Suecia entre, igual que nosotros, antes de la cumbre de julio. Es difícil encontrar países más preparados para la membresía en la OTAN.
¿Por qué es tan fuerte ese vínculo entre Suecia y Finlandia?
Finlandia fue parte de Suecia durante siglos, antes de que perteneciéramos al imperio ruso. Al norte tenemos un río que nos separa, pero no es frontera, sino que se utilizaba para la comunicación y las conexiones. Es una historia larga, tenemos una evidente unión geográfica. También compartimos el concepto de la sociedad de bienestar nórdica.
¿Qué aporta Finlandia a la OTAN?
Tenemos unas fuerzas armadas impresionantes, muy creíbles. Podríamos reunir hasta 280.000 soldados en activo en caso de necesidad. Hay servicio militar obligatorio para los hombres y voluntario para las mujeres. Nunca se desmanteló este sistema, ni siquiera tras la guerra fría, porque tenemos este vecino difícil (en alusión a Rusia). Nuestros soldados no están activos todo el tiempo, pero en caso de guerra sí que podrían. Tanto Finlandia como Suecia piensan la seguridad de manera íntegra, significa que se piensa de manera global. No es sólo las fuerzas armadas, tiene que ver con la resiliencia de la sociedad, la capacidad de entender la información, la desinformación… Queremos que la nación entienda que está apoyada por el gobierno. Vemos que esta filosofía contribuye a la OTAN y a la vez tenemos capacidades para defender nuestro territorio.
¿Espera que Hungría se muestre a favor del ingreso el próximo 27 de marzo?
Esperamos un sólido sí. No estoy segura si podemos esperar un debate muy extendido, quizás no. Claro que somos, tanto Finlandia como Suecia, países que tienen todo lo que se necesita para una membresía de la OTAN, y espero que esto se refleje también en el debate del parlamento húngaro.
¿Por qué Finlandia decide construir un muro en su frontera con Rusia un año después de que comenzase la guerra en Ucrania?
Diría que es más un proceso. Nos ha venido como un choque está guerra, iniciada por el régimen ruso, y nos ha llevado a tomar decisiones en los ámbitos de la seguridad. Uno de ellos es la solicitud de membresía en la OTAN. Otras son más políticas, como las sanciones a Rusia. Un elemento más es esta valla. Nunca hemos tenido una valla en la frontera, que estaba basada en la confianza en que ambos lados controlaban la frontera. Ahora, esta confianza en Rusia ha disminuido, no podemos saber que ellos siguen controlando su parte en la frontera. Esta es solo una parte de lo que nos lleva a tomar todas las decisiones.
Es una decisión histórica (la valla), no ha sido una decisión que se ha tomado de la noche a la mañana, hemos tenido que evaluar si añade algo a nuestra seguridad, de qué manera. Por eso, se ha necesitado preparación, no creo que tenga nada que ver con que se haya cumplido un año, sino con la necesidad de prepararlo bien. Ahora estamos en una fase piloto, primero se construye una parte y evaluamos cómo contribuye a la seguridad de la frontera. Será en el año 2026 cuando tengamos construidos todos los kilómetros de valla que hemos planeado.
¿Qué se evalúa para decidir si se construye la valla? ¿Cuál es la amenaza?
El objetivo principal es tener más herramientas para controlar la frontera. Son solo 200 kilómetros de valla, pero nuestra frontera es de más de 1.300 kilómetros, por lo que no es una respuesta total, pero ayuda a controlar y gestionar la frontera. En caso de que haya entrada ilegal en el país a través de una campaña ilegal desde Rusia, algo que ya ha pasado, la valla daría tiempo a las autoridades de las fronteras a organizarse, a reforzar la presencia allí. Es un elemento en la gestión de la frontera, pero no es decisivo. Esta evaluación incluye los elementos de cuánto ayuda, cuánto cuesta en relación a cuánto contribuye y cómo ayuda a la hora de gestionar los flujos entre los dos países.
¿Cómo eran las relaciones con Rusia antes de la guerra? ¿Se parecían a las que se mantenían con Suecia?
Es muy distinto. Suecia y Finlandia somos países muy similares, compartimos valores y el estado de bienestar. No podemos decir que compartamos mucho de esto con Rusia, en muchas cosas somos bastante opuestos. Con Rusia tenemos una historia larguísima porque siempre hemos sido vecinos, e incluso Finlandia ha sido parte del Imperio ruso. Ha habido muchas fases, desde la independencia de Finlandia en 1917, hasta la guerra que la Unión Soviética empezó de la misma manera que lo ha hecho con Ucrania. Fue totalmente ilegal, no provocado, la URSS decidió que quería anexionar Finlandia, y Finlandia luchó y ganó su independencia, aunque perdió territorio. Después de esa guerra hemos tenido una relación de vecindad, muchas veces tensa, pero hemos podido mantener nuestra independencia y soberanía.
Después de la guerra fría, cuando cayó la URSS, hemos mantenido una relación que ha funcionado, no hemos sido los mejores amigos pero hemos tenido momentos bastantes buenos. Pero con lo que Rusia ha hecho en los últimos años con sus otros vecinos, con lo que hace hoy, claro que ha cambiado mucho la situación. No se puede hablar de amistad, no podemos aceptar lo que está haciendo Rusia, no podemos aceptar la guerra ilegal, no podemos aceptar los crímenes de guerra como la deportación ilegal de niños ucranianos. De momento, la relación es pésima. Antes de la guerra, fue mejor, de amistad y relaciones amigables, pero nunca ha habido una confianza del 100%, y por eso tenemos unas fuerzas militares tan potentes.
¿Ve solución al conflicto en Ucrania?
Es una pregunta muy difícil y esta es la pregunta más importante para todos nosotros. Claro que en todos los conflictos, al final, tiene que haber una solución. Pero eso no significa que tengamos que dejar de apoyar a Ucrania en su lucha, incluso con el apoyo de armas. Rusia está muy lejos de estar dispuesta a negociar de buena fe. Lo que han dicho hasta ahora es que su voluntad de negociar es hacerlo en base a lo que hay ahora, es decir, anexionar una parte de Ucrania, y eso no lo podemos aceptar. Tenemos que escuchar a Ucrania, seguir apoyando al país a largo plazo, también en la reconstrucción, y se puede y debe haber intentos de buscar una vía fuera de esta guerra, pero las cartas están en las manos de Rusia. No puede ser que solo Ucrania o la comunidad internacional occidental esté buscando una solución, lo tiene que hacer Rusia también y no lo está haciendo.
¿Cree que China es la clave para desbloquear la guerra y las negociaciones?
No sé si China puede ser un mediador, ni sé si lo quiere ser. Pero tiene una posición clave porque, por ejemplo, es miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU. Es también alguien a quién Rusia debe escuchar, se ha visto con la visita de esta semana que Rusia es como el hermano pequeño de China, porque su economía, no sé cuántas veces, pero es 100 veces más grande que la de Rusia. Si China quisiera, podría hacer a Rusia recular en esta guerra, a dejarla. Hasta ahora no ha querido hacerlo, y no sé si querrá hacerlo algún día, pero tenemos que intentar influenciar a China también.
¿Cómo ve el conflicto un año después?
La guerra ha empeorado mucho, en el sentido en que se han perdido muchas vidas inútilmente, esto no tenía que pasar, esta guerra ilegal es inútil. En ese sentido, ha empeorado mucho. La economía de Ucrania también ha sufrido mucho, ese era el objetivo de Rusia, pero Rusia también ha sufrido mucho. Hay cientos de miles de rusos que han muerto en esta guerra, Putin los ha enviado a Ucrania a morir. Estamos mucho peor que hace un año, pero si nos referimos a si Rusia está ganando a Ucrania, no está claro. Nosotros queremos ver que Ucrania está ganando, en el sentido en el que cada día esté más claro que Rusia debe abandonar.
Finlandia, país más feliz del mundo por sexto año consecutivo. ¿Cuál es el secreto del estado de bienestar escandinavo?
Esa es la pregunta clave, y lo hemos estado pensando mucho. Algunas respuestas las podemos encontrar en el informe de la ONU, porque aunque la encuesta pregunta eso a los finlandeses y a los ciudadanos del mundo, y es una cuestión subjetiva. Pero la ONU, en el informe, encuentra correlaciones entre ciertos factores y la felicidad. Estos factores son el estado de bienestar en el que los ciudadanos confían en que, aunque venga un mal día, la red de seguridad social les apoya hasta que vuelvan a tener una buena situación económica. También tiene que ver con la igualdad y los sistemas que garantizan el trabajo a las mujeres.
Tiene mucho que ver con la igualdad de oportunidades, porque tenemos una escuela y una universidad gratis de muy buena calidad. La situación económica de cada familia en principio no tiene que afectar a las oportunidades de cada ciudadano. También hay un peso importante en la conexión entre la gente y la naturaleza. En comparación con España, somos un país no tan poblado, y el 75% de nuestro país está cubierto por bosques y tenemos 200.000 lagos, así que cada uno de los finlandeses encuentra su hueco en la naturaleza, lo que es una conexión importantísima para nuestros ciudadanos.
¿Qué podría aprender España de Finlandia?
Creo que esos factores, todo lo que se pueda hacer para fomentar la igualdad de oportunidades, por ejemplo, mejorar la posibilidad de las mujeres para trabajar, poder decidir libremente en su profesión, una conciliación entre familia y trabajo, la igualdad en educación, que no sea dependiente de la situación económica de tu familia… También reforzar la conexión con la naturaleza, pero con todos esos elementos, quizás España podría llegar a estar entre los 10 países más felices.
¿Tiene algún otro desafío Finlandia?
Seguro que tenemos retos, no podemos presumir de ser un país perfecto y tampoco lo pensamos. En los últimos años ha aparecido una tendencia que incrementa las diferencias económicas entre finlandeses, y esto puede tener consecuencias en lo que he dicho de la igualdad de oportunidades. Lo tenemos que vigilar. Aunque la ONU no ha hecho ninguna correlación entre el clima y la felicidad, seguro que los finlandeses dirían que serían aún más felices si el clima fuera mejor.
El domingo 2 de abril hay elecciones generales en Finlandia, ¿cómo se presenta el panorama electoral?
Muy interesante, porque hay tres partidos de los cuales cualquiera podría salir el primer ministro. En las encuestas tienen más o menos el mismo apoyo de la ciudadanía, cambian las posiciones de primero a tercero entre una encuesta y otra. Es una película de suspense, no sabemos qué va a pasar. También es interesante cómo tanto en España como en Finlandia la constelación política está cambiando. Nosotros solíamos tener tres partidos principales, que justo son los tres que ahora tienen cada uno en torno al 20% del apoyo de la población. Pero ya no son los grandes solo, hay muchos que tienen bastante apoyo y hay un partido tradicionalmente fuerte que está cayendo. Además, el movimiento populista alcanzó a Finlandia hace bastante tiempo, por lo que uno de los partidos fuertes tiene esa naturaleza populista.
Y en España, en un año lleno de elecciones, ¿cómo ve la situación?
Bueno, tengo que decir que también es una película de suspense. Observamos cada día la situación política interior y exterior de España, y llama la atención el nivel de polarización en la política y en el discurso, que es bastante fuerte. En Finlandia somos un poco más aburridos, no tenemos ese debate tan fuerte. Pero también es interesante cómo el sistema de partidos políticos en España ha ido cambiando en los últimos diez años, y dónde va a acabar, porque parece que ya no hay vuelta al viejo sistema de bipartidismo, sino que hay que formar coaliciones. Quizás en ese aspecto también podamos colaborar Finlandia y en España, porque allí siempre hemos tenido gobiernos de coalición, quizás en ello podamos compartir experiencias.
¿Y cómo es el panorama deportivo en Finlandia?
Los finlandeses hacen mucho deporte, pero los deportes en los que somos buenos son muy distintos a los que a España se le da bien. No somos muy buenos en fútbol, estamos mejorando, en especial las mujeres, que son bastante buenas a nivel mundial. Pero nos gusta el hockey sobre hielo, esquí de fondo… Hay otros deportes no tan tradicionales en los que Finlandia es muy buena, como el patinaje sobre hielo en equipo o la gimnasia en equipo. Sobre todo las mujeres finlandesas, que allí son muy exitosas.