¿Qué es el ‘balón nuclear’ de Biden y cómo funciona el maletín de control nuclear?
Las alarmas por las amenazas de Rusia acerca del uso de armas nucleares han puesto en alerta al mundo entero. Estados Unidos sería su único rival
La convulsión e inestabilidad que actualmente empujan a Occidente a la mayor incertidumbre desde la II Guerra Mundial, están provocando que los pensamientos más oscuros acerca de la amenaza nuclear, vertida por el Kremlin y personalizado en Putin, sea más real que nunca. Tras seis meses de continuos bombardeos en Ucrania, provocaciones de un lado y otro y la catarata de informaciones acerca de la respuesta que tendría lugar por parte de Estados Unidos y Europa frente a un ataque nuclear de Rusia, surgen numerosas dudas. Muchas de ellas parecen no tener respuestas por el momento... pero otras sí.
Los códigos nucleares: el primer paso
Ante los repetitivos amagos por parte de Moscú y su postura acerca de un ataque nuclear, Occidente no se ha mantenido al margen. Para ello, hay mecanismos que pueden servir como contraposición a las aspiraciones rusas y, pese a que nadie quiere que eso ocurra, Estados Unidos tiene un valiosísimo instrumento: el balón nuclear. En líneas generales hay muchas preguntas acerca de qué es, cómo funciona y en qué contexto se podría recurrir a su uso, en cualquier caso, escenarios poco alentadores.
El denominado balón nuclear es un maletín de cuero de unos 20 kg, cuyo propietario es el Presidente del país más poderoso militarmente del mundo, Estados Unidos, personificado actualmente en Joe Biden. Este maletín, cuya activación recae únicamente en la aprobación del inquilino de la Casablanca, es portado permanentemente por un asistente militar, que acompaña en todo momento al mandamás estadounidense.
Este artefacto responde a unos códigos nucleares (Gold Codes = Códigos Dorados) de los que solo el Presidente de Estados Unidos es conocedor. La necesidad de implementar esta tecnología tuvo su origen durante los años más tensos de la Guerra Fría, cuando Estados Unidos y la Unión Soviética parecían llevar en volandas al mundo a una guerra sin precedentes que finalmente no tuvo lugar.
En el caso del maletín (nada de botones rojos ni leyendas urbanas parecidas), su primer propietario fue John F. Kennedy tras la crisis de los misiles de Cuba, pero volviendo a los códigos, en caso de que estos sean correctos, llevarían a cabo un efecto dominó que desembocaría en la actuación de aviones bombarderos, submarinos y silos de misiles repartidos por todo el globo terráqueo y que tendrían unas consecuencias sin precedentes para su receptor.
“El presidente podría lanzar cualquier tipo de ataque devastador que el mundo nunca ha visto. No tiene que consultar con nadie. No tiene que llamar al Congreso. No tiene que consultar con los tribunales. Él tiene esa autoridad debido a la naturaleza del mundo en el que vivimos”, apuntaba Dick Cheney, vicepresidente de George W. Bush, en 2008. Se desconoce la dimensión, consecuencias y funcionamiento del proceso aunque sí se sabe que los contactos con el Pentágono forman parte del procedimiento.
Además del maletín del Presidente, se conoce que hay otros tres o cuatro en circulación de los cuales, uno de ellos forma parte de la comitiva del Vicepresidente, además de otro que se encontraría a buen recaudo en la Casablanca. Inmediatamente, el Presidente dispondría del avión más seguro en la faz de la tierra: el Doomsday Plane, un Boeing 747, superior al Air Force One, reformado y con la finalidad de aguantar un ataque entre dos potencias nucleares. Con todas estas características, el mal conocido como “botón rojo” estaría disponible para ser utilizado por el Presidente de Estados Unidos en cuestión de segundos.