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¿Por qué lavamos la fruta y la verdura antes de comerla y qué pasa si no lo hacemos?

El tecnólogo alimentario, Luis Riera, insiste en la importancia del lavado, en especial, cuando el consumo sea en crudo porque es la manera de “eliminar los microorganismos”. A su vez, la nutricionista y licenciada en Ciencia y Tecnología, Beatriz Robles, determina que la fruta y la verdura hay que lavarla siempre.

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¿Por qué lavamos la fruta y la verdura antes de comerla y qué pasa si no lo hacemos?
Ricardo Rubio Europa Press

En multitud de ocasiones, nos entra la duda de si debemos lavar o pelar la fruta y verdura a la hora de consumirla. Y es que, el lavado es necesario para eliminar los restos de tierra u hojas y de químicos como pesticidas, e incluso de cualquier agente biológico patógeno ya que, de lo contrario, podría tener algún efecto en nuestro organismo.

Por tanto, es conveniente preguntarse si este proceso debe seguirse en todas las circunstancias o hay algunas en las que podamos prescindir de ello. Además, se recomienda consumir siempre los productos dentro de los cuatro días en que fueron comprados, debido a que se trata de alimentos perecederos.

Opinión de expertos

La nutricionista y licenciada en Ciencia y Tecnología, Beatriz Robles, determina que la fruta y la verdura hay que lavarla siempre. “No importa si la vamos a comer pelada, sin pelar e incluso si la vamos a cocinar”, señala de manera contundente.

A su vez, el tecnólogo alimentario, Luis Riera, insiste en la importancia del lavado, en especial, cuando el consumo sea en crudo porque es la manera de “eliminar los microorganismos”. En caso de que esta vaya a ser cocinada, sugiere que habría que hacerlo para eliminar los restos de materia orgánica, como puede ser la tierra, pero el propio cocinado “mata a estos microorganismos”.

Desinfección además de lavar

Del mismo modo, si las vamos a comer crudas y sin pelar, Robles recomienda desinfectarlas además de lavarlas. “Se puede hacer sumergiendo las frutas o verduras durante 5 minutos en 3 litros de agua con una cucharadita (4,5 ml) de lejía”, la cual debe ser apta para uso alimentario.

Una vez pasados esos 5 minutos, debemos aclarar los alimentos bajo el grifo con agua fría para eliminar restos y ya se podrían comer crudas y con piel. “Es especialmente importante si van a ser consumidas por personas de riesgo, como embarazadas”, exhibe.

Efectos negativos de una mala limpieza

Ambos, añaden, que salvo en casos concretos, como en el melón o la naranja, no debemos comernos la piel por una cuestión organoléptica, ya que es dura, no tiene sabor y puede resultar desagradable. Y es que, en muchas ocasiones, una mala limpieza de alimentos puede producir malestares como diarrea, náuseas, vómitos y dolor abdominal.

Recomendaciones

Es aconsejable frotar las cáscaras duras y rugosas, y las verduras en general, con un cepillo, para ayudar a limpiar la tierra que pueda quedar entre los pliegues. El lavado debe realizarse con considerable cantidad de agua, y en particular cuando se trate de verduras de hojas.

El vinagre es otro elemento que puede complementar. De todas maneras, no hay que excederse en el remojo por más de diez minutos, ya que una vez transcurrido dicho período de tiempo se pierden los nutrientes, en especial las vitaminas solubles de agua.