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¿Por qué hay tantas persianas en España y por qué apenas se utilizan en el resto de Europa?

Más allá de las diferencias climáticas, la sociología apunta a las diversas culturas que conviven en el continente europeo: la ética católica y la protestante.

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¿Por qué hay tantas persianas en España y por qué apenas se utilizan en el resto de Europa?
UnSplash

España es de los pocos países en Europa —no el único— que incorpora en la mayoría de las ventanas de sus hogares persianas. Si bien no existe una única explicación para su abundancia en el país, varios factores históricos, culturales y climáticos han influido en su presencia prominente en la arquitectura española y en la vida cotidiana de sus habitantes.

Frente a las persianas, en países como Reino Unido, es más común encontrar en los hogares estores o cortinas. A diferencia del resto de estados, nuestro país es en el que más horas de sol se pueden disfrutar a lo largo del año. Estas proporcionan sombra y protección contra la intensa radiación solar, ayudando a mantener los espacios interiores frescos y cómodos durante los calurosos meses de verano.

Costumbres de la cultura árabe

Sin embargo, si ese fuera el único motivo, muy pocas personas bajarían la persiana por la noche. Según la experta en interiorismo holandesa, Caroline Jurgens, esto se debe a que “en España existen aún costumbres de la cultura árabe muy enraizadas, de vivir para dentro de la casa y tener lo bonito en el interior, como los patios, y mirar a través de las celosías”.

Esta manera de concebir el hogar choca de manera contundente con la que tienen los países protestantes de Europa, que beben del calvinismo, detalla Jurgens. Y, para las sociedades así, “no tener persianas (o las cortinas abiertas) busca la intención de compartir información, de decir que no tenemos nada que esconder”, explica la interiorista a El País.

Las éticas católica y protestante

En Europa predomina la línea protestante de la región cristiana. Esta defiende un “diálogo directo con Dios sin intermediarios”, explica el sociólogo Juan Carlos Barajas en su blog. En este sentido, el experto defiende que los protestantes creen que si es la divinidad la que los va a juzgar, no se preocupan por lo que pueda pensar cualquier otra persona.

Asimismo, en esta línea de pensamiento “no hay miedo a la ostentación” y “ser pobre no es una vergüenza”, por lo tanto, no encuentran motivo para ocultar ninguna de las dos situaciones. “La ética católica”, apunta Barajas, “implica una mayor preocupación por el qué dirán, por demostrar una conducta irreprochable acorde con lo que se espera socialmente de ti”.

Por lo tanto, se tiende a desconectar los hogares del exterior “para hacer lo que los demás no quieres que vean” señala el sociólogo. Ambas, de acuerdo al experto, “son dos formas de mantener la reputación intacta”. Por un lado, desde la “ocultación” y, por otro, “mediante la transparencia”. Pero, en cualquiera de los casos, “hay un sometimiento al control social”, concluye.

Otras explicaciones

Por si esto fuera poco, las persianas también han sido adoptadas por razones estéticas y de diseño. A lo largo de los años, han evolucionado en su estilo y material, convirtiéndose en un elemento distintivo de la arquitectura española. Su presencia en balcones y ventanas agrega un toque decorativo a las fachadas, a la vez que ofrece a los residentes la posibilidad de personalizar la cantidad de luz y ventilación que desean en su interior.