¿Qué pasa con el voto emitido por correo de una persona si fallece antes de las elecciones del 23J?
Que una persona que emite un voto por correo fallezca antes de la celebración de las elecciones correspondientes es un supuesto contemplado por la ley
Las elecciones generales del 23 de julio están registrando los datos más altos de solicitudes de voto por correo. La fecha de celebración de los comicios pilla a muchos españoles fuera de sus hogares, y esta es la alternativa para que puedan ejercer su derecho a voto.
Desde el pasado 30 de mayo se puede solicitar el voto por correo. Como es habitual el plazo para pedirlo estará abierto hasta 10 días antes de la celebración de las elecciones, en este caso hasta el día 13 de julio.
Correos ya está repartiendo los papeles necesarios para el voto. Desde el pasado 3 de julio los solicitantes están recibiendo el voto para poder tramitarlo a tiempo, y aquellos que no lo hayan recibido tienen la posibilidad de comprobar el estado de su solicitud.
El voto por correo genera habitualmente dudas entre aquellos que lo solicitan, tanto sobre cómo tramitarlo como otros supuestos en los que se pueden encontrar. Históricamente, se han dado a veces precedentes muy poco habituales, como es el del fallecimiento de una persona que ya había emitido su voto.
¿Qué pasa con el voto por correo emitido por una persona que fallece antes de las elecciones?
En unas elecciones generales en las que se ha registrado una cantidad muy superior a la habitual de solicitudes de voto por correo, son mayores las posibilidades de que se den casuísticas que nos pillen desprevenidos.
En el caso de una persona que fallezca tras haber emitido su voto por correo antes de que se celebren las elecciones, la anulación de dicho voto es procedente. Según el acuerdo 339/1995 de la Junta Electoral, el derecho de voto debe poseerse el día de la celebración de las elecciones correspondientes.
El caso conocido más reciente ocurrió en Zamora durante las elecciones locales del 26 de mayo de 2019. El subdelegado de gobierno de Zamora, Ángel Blanco, aseguró que ese día recibieron dos llamadas de gente con dudas sobre que ocurría en este supuesto. En este caso se procedió con la nulidad del voto en el momento en el que los informantes presentaban el certificado de defunción del elector que había fallecido.