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POLÍTICA

Putin destituye al ‘carnicero de Siria’

El general Serguei Surovikin, quien comandó las operaciones en Siria de 2017 a 2019 y lideró la ofensiva en Ucrania hasta hace unos meses, tenía una cordial amistad con el líder de Wagner.

FILE PHOTO: Commander of Russia's Aerospace Forces Sergei Surovikin attends a meeting with President Vladimir Putin in Sochi, Russia, November 3, 2021. Sputnik/Mikhail Metzel/Pool via REUTERS ATTENTION EDITORS - THIS IMAGE WAS PROVIDED BY A THIRD PARTY. THIS PICTURE WAS PROCESSED BY REUTERS TO ENHANCE QUALITY. AN UNPROCESSED VERSION HAS BEEN PROVIDED SEPARATELY/File Photo
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Durante las horas que duró la marcha de Wagner desde Rostov, al sur de Rusia, hasta Moscú, el mundo contuvo la respiración mientras el Kremlin apretaba los puños. El líder de los insurrectos, Yevgueny Prigozhin, ahora muerto, quien en tiempos fuera amigo del presidente ruso, Vladimir Putin, había encabezado la rebelión que tantos kilómetros avanzó sin disparar tiro alguno. Había sido muy fácil. Demasiado. Entonces la sospecha se hizo una larga sombra que se cernía sobre la Plaza Roja y que convertía a todos en sospechosos. Serguei Surovikin, el llamado ‘carnicero de Siria’, fue detenido en medio de una confusa histeria. Dos meses después, quien fuera un héroe condecorado para los rusos, es destituido por la puerta de atrás.

También le llaman ‘Armagedón’. Los dos fulminantes apodos con los que es descrito Surovikin hacen referencia a su papel durante la intervención de Rusia en la guerra civil de Siria, conflicto que dirigió entre 2017 y 2019 con una mano de hierro calcinante que desconocía la piedad en cualquiera de sus formas. Brutales y sanguinarias operaciones en enclaves como Alepo, que sufrieron en sus carnes el bando contrario al líder sirio Bachar al Asad y un incontable número de civiles. Gustó en el Kremlin.

La caída de la bestia del desierto

Una fama en el campo de batalla a la que pocos pueden aspirar acompañó su nombramiento como subcomandante de las fuerzas rusas en Ucrania en noviembre de 2022. Había encontrado en la campaña militar de la invasión su nuevo patio de juegos. Pero se encasquillaron los avances en el frente. Costaba avanzar. Miles de personas morían por superar una calle más, algunos metros en dirección al oeste. Cuando el grupo Wagner se alzó contra la cúpula militar se terminó el papel de Surovikin en el Donbás.

La amistad que mantenían desde mucho tiempo atrás el carnicero de Siria y el chef de Putin sembró la primera duda. En alguna ocasión, Prigozhin había comentado que la única persona en la que confiaba dentro de las élites castrenses moscovitas era Surovikin. La rumorología se extendió en Rusia y diferentes rotativos norteamericanos, entre ellos The New York Times, la transformaron en realidad: el general ruso estaba informado de los planes de Wagner. Sabía todo.

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A finales de junio fue detenido y, ahora, finalmente, destituido. “El exjefe de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia, Serguéi Surovikin, ha sido relevado de su cargo, mientras que el general Víktor Afzálov, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Aéreas, actúa temporalmente como comandante en jefe de las Fuerzas Aéreas”, recoge la agencia oficial de noticias Ría Nóvosti. Un escueto comunicado que punza, como un estilete envenenado, la carrera implacable de una bestia en el desierto.

Lo cierto es que la última vez que se vio en público a ‘Armagedón’ fue el pasado 23 de julio, muy poco después de que Prigozhin anunciase el inicio del motín. Surgió esa misma noche un vídeo de Surovikin. Nervioso, sin uniforme. Sin insignias. Militarmente desnudo pedía a los hombres de Wagner y a su difunto líder que abortasen la insurrección. Finalmente la rebelión se zanjó con unas negociaciones trucadas por el Kremlin que desterraban a los mercenarios a Bielorrusia, convertían a Prigozhin en enemigo número uno y a Surovikin en presunto cómplice. Ahora uno está destituido y otro muerto. Y el resto descarriados.